Muchos porschistas lo consideran uno de los 911 más bonitos de toda la historia. No es un coupé, ni siquiera es totalmente descapotable, pero su techo de lona y la superficie acristalada que cierra la parte trasera lo convierten en un automóvil muy especial.
El Targa 4S que Marcos Martínez examinó a fondo cuenta con ese toque vintage que nos recuerda a los modelos de los años 60 y 70 pero con toda la tecnología actual de Porsche.
Además, el arco cromado que gobierna el pilar central le proporciona un toque de exclusividad que le diferencia de sus hermanos de gama.
Y al contrario que en otras generaciones del Targa, esta vez el techo se despliega de manera automática y no de forma manual como sucedía con anterioridad. Maniobra en la que emplea 19 segundos en replegarse y que únicamente se puede hacer con el coche parado, ya que en esta maniobra los grupos ópticos quedan cubiertos y eso provocaría una situación ilegal en la calle.
En el interior todo es pura innovación y el 911 Targa adquiere la consola central y el cuadro de instrumentos que estrenó el Panamera, y de la que ahora disfrutan los Cayenne y Boxster.
Las sensaciones al conducirlo son similares a un 911 descapotable e incluso resulta más cómodo ya que su aerodinámica es mejor que la que tiene la versión cabrio. Y buena muestra de esta afirmación es que si no superamos los 120 km/h apenas notaremos el viento dentro del habitáculo.
En el aspecto mecánico el 911 Targa 4S podría definirse como una máquina casi perfecta. Y no es para menos, porque nuestra unidad montaba un motor de 3,8 litros con 400 CV y tracción total, algo que eleva el poderío de este automóvil hasta cotas difíciles de alcanzar.
Acelera de 0 a 100 en sólo 4,8 segundos, alcanza los 296 km/h e incorpora un cambio automático PDK de siete velocidades con levas en el volante y suspensión activa.
Y por si todo esto no fuese suficiente, y como es habitual en todo Porsche que se precie, los 911 usan grandes neumáticos y en este caso en la zona posterior utiliza unos 305 anclados en llantas de 20 pulgadas.
Exclusividad con mayúsculas que se puede adquirir en nuestro país por 146.000 euros.