El Sportage de Kia ya lo hemos probado en varias ocasiones, y siempre hemos defendido que es uno de los SUV más completos del mercado. Es atractivo, eficiente, tiene una calidad de materiales y una construcción soberbia, y su precio no tiene rival. Pero esta semana hemos querido ir un paso más allá, para conocer sus límites off road y éste ha sido el resultado.

Hay que dejar claro que el Sportage no es un todoterreno, es un vehículo de uso urbano, que no protesta cuando se utiliza por pistas de tierra. Su comportamiento es divertido y permite disfrutar, y mucho, a sus mandos. Un claro ejemplo de que, para pasarlo bien al volante, no hacen falta grandes dosis de potencia.

El motor del Sportage es un 4 cilindros diésel que rinde una potencia de 116 CV. Acelera con contundencia y supera sin problemas los 170 km/h. Por su parte, el consumo medio es de sólo 5,3 l/100 km. Una cifra realmente baja si tenemos en cuenta su peso y envergadura.

Su aspecto es elegante y desprende calidad se mire por donde se mire. Y es que el fabricante coreano está cuidando mucho el estilo de sus productos. Monta llantas de 17 o 18 pulgadas, faros con tecnología LED y sus líneas son suaves y armónicas.

Pero donde más sorprende este modelo es en el interior. Sus acabados son realmente buenos y la calidad de los materiales es propia de las marcas de mayor renombre. Su equipamiento de serie es muy completo y no falta el navegador con pantalla táctil o el climatizador bizona. Además, se puede montar un techo panorámico doble, un extra que aumenta enormemente la luminosidad interior.

Esto es lo que ofrece Kia desde unos impresionantes 17.300 euros. Un coche que no defrauda en ningún apartado.