Viaje por Marruecos en Jeep (Parte 1)

Viaje por Marruecos en Jeep (Parte 1)
telecinco.es
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Viajar al pasado sin perder de vista el presente y disfrutar de paisajes únicos subidos en un poderoso Cherokee Trailhawk con 271 caballos de energía es algo que por desgracia se puede hacer muy pocas veces en la vida.

Y precisamente este fue el desafío que nos presentó Jeep para la Semana Santa que hemos dejado atrás hace unos días. Un viaje que nos llevaría desde la Puerta del Sur, que es como se conoce en Marruecos a la legendaria Marrakesh, hasta la cordillera del Atlas atravesando el desierto de Menara.

Pero antes de todo esto, nuestro viaje se puso en marcha recorriendo una zona famosa en todo el mundo y que seduce desde el momento en que uno se adentra por sus tortuosas calles. Y es que la plaza Jamal con la Giralda y su mercado, sirven como preludio a la Medina más grande del mundo árabe. Un espacio digno de las mil y una noches que eso si, cuenta con el encanto de "mil y una tiendas", que con sus regateos ponen a prueba la resistencia del occidental más experimentado.

Olores y colores que pasaron del rojo imperial de Marrakech a un verde sorprendente cuando iniciamos nuestro primer día de ruta rumbo al desierto de Menara. Un espacio con cientos de miles de kilómetros cuadrados que se completa con la majestuosidad de las montañas nevadas de la cordillera del Atlas como fondo.

Y sobre este inhóspito terreno, tradicionalmente de color marrón pero que en esta ocasión, y debido a las torrenciales lluvias que habían caído durante los últimos meses, se había teñido de un verde increíble, que camuflaba la durísima realidad de su paisaje comenzó la aventura marroquí de Jeep.

En la primera jornada y subidos en el Cherokee, recorrimos las monótonas colinas de Agarafy. Kilómetros y kilómetros de una ruta que el Jeep devoró con una precisión absoluta y que después de unas horas nos dejaba a las puertas del campamento en el que íbamos a pasar la noche. Un punto de encuentro en el que las jaimas nos trasladaron a los tiempos en que los benimerines recorrían estas tierras a lomos de los corceles más famosos del mundo árabe.

Parada y fonda. Bueno la fonda quedo para un poco más tarde porque a la organización se le ocurrió organizar un recorrido nocturno a través de las numerosas torrenteras que recorren las cañadas de esta parte del desierto. Una ruta muy suave que no estuvo exenta de dificultad y que obligo a todos los participantes a extremar la atención para evitar cualquier tipo de incidente.

Después de subir y bajar colinas, recorrer lechos de torrenteras y pasar por alguna que otra "trialera" que el Jeep superó con una facilidad asombrosa gracias a su cambio de 9 velocidades y al sistema Selec-speed, llegó el momento del descanso. Por delante nos quedaba la jornada larga con final en las aldeas del atlas y retorno a la ciudad de Marrakech.