Sólo cinco días ha durado la vida de España en este Mundial. La defensora del título, aquel equipo que maravilló al mundo en los últimos seis años, decidió despedirse en Maracaná de la peor manera posible, y firmó su redención desprendiendo una imagen impropia, inaudita e irreconocible.
La selección española sabía que se jugaba todo ante Chile y los nervios le jugaron una mala pasada en el primer minuto que estuvo a punto de costarle muy caro. Chile salió con una presión agobiante, La Roja no acertó en despejar en el área pequeña y el disparo de Vargas salió a córner. No había terminado ahí el primer susto para España y Jara, con un cabezazo, volvió a poner un nudo en la garganta a la afición española.
El partido iba a tener mucha tensión y España se dio cuenta en el primer minuto. La selección intentó ser fiel a su estilo y se hizo con la posesión del balón con una presión asfixiante a la defensa chilena. La Roja templó sus nervios a base de toque en el centro del campo pero Chile plantó cara.
Y el gol de la selección chilena puso un punto más de ansiedad en el equipo de Del Bosque. Xabi Alonso perdió el balón en el centro del campo y los chilenos se plantaron ante Casillas para que Vargas, tras un recorte, pusiera contra las cuerdas a La Roja.
El gol del delantero del Valencia hizo reaccionar a España, que llegó a la portería de Bravo en dos ocasiones. La posesión estaba con La Roja y sólo faltaba buscar los espacios en la defensa chilena. Los minutos pasaron con mucha rapidez y España no encontró huecos para hacer daño a Bravo.
Y si las cosas estaban mal, se pusieron todavía peor. A dos minutos del final de la primera parte, Vargas lanzó una falta, Casillas rechazó el balón y la pelota le quedó a Aránguiz que fusiló por el palo corto a Casillas. La pesadilla estaba siendo real y La Roja estaba a 45 minutos de despedirse del Mundial.
Del Bosque movió las piezas en el descanso. Koke entró en el lugar de Xabi Alonso para intentar tener más profundidad en el centro del campo. La selección le puso mucha intensidad pero Chile resistía a todas las embestidas.
Diego Costa tuvo la primera ocasión de la segunda parte con un disparo en el área pequeña pero el disparo salió muy lejos de la portería de Bravo. La Roja llegaba pero no era el día. La puntería no estaba afinada y todo salía mal. Busquets tuvo la oportunidad más clara con la que empezar a creer en la remontada pero el tiro del centrocampista salió rozando el poste cuando lo más difícil era que saliera fuera.
Así fue una y otra vez contra la portería de Claudio Bravo. La Roja no tenía estrella en el Mundial de Brasil y se despidió a las primeras de cambio. La campeona dijo adiós por la vía rápida y no podrá revalidar el título de Sudáfrica. Fin al sueño de la segunda estrella.