Conocemos a Cristopher en una cama de hospital. Hace dos días que salió del quirófano. En estas operaciones, el resultado se ve a simple vista. Dos fijadores están literalmente clavados a sus fémures.
Cada día, con una pequeña manivela, tendrá que girar un mecanismo. Un sistema que hará que sus huesos crezcan un milímetro cada día.
En varios meses este chico acondroplásico llegará a medir 30 centímetros más de lo que estaba previsto. "Te cambia la vida en el futuro, para trabajar, pero también para que no te miren diferente por la calle", nos comenta.
Las operaciones son largas y duras. Se operan primero, las tibias, luego los fémures, y finalmente los brazos. Cada proceso dura entre seis y ocho meses. Luego descansan varios meses y de nuevo al quirófano.
Para ganar esos 40 centímetros tan deseados, tendrán que estar entre cuatro y ocho años entre hospitales y rehabilitaciones. "Es duro, pero cuando terminan, todos te dicen que se volverían a operar", nos dice el Dr. Ginebreda, un auténtico experto en este tipo de operaciones.
Lorena tiene 25 años y también sufre acondroplasia. Ahora disfruta de los 40 centímetros que le regaló la ciencia, pero pago un precio alto. Sus operaciones empezaron cuando tenía 8 años y terminaron con 18 años.
"Te pierdes parte de tu infancia, tu adolescencia, y parte de tu juventud, pero merece la pena", nos dice Lorena. En un paseo con ella nos demuestra las cosas que ahora puede hacer, y que no habría podido sin pasar por el quirófano.
Conocemos también a María Jesús y a su familia. Ella también sufre de enanismo, y su hija Sara, de tan sólo dos años, ha heredado el trastorno genético.
María Jesús decidió no operarse cuando era niña. "No compensa pasarte 10 años de tu vida en silla de ruedas para ganar 30 centímetros". Tiene su casa, su coche y su trabajo adaptados a su metro y veinte.
Dentro de unos años tendrá que ofrecerle a su hija la posibilidad de pasar por el quirófano. "Se lo comentaré, pero espero que no lo haga".
Por el azar, y por cuestiones genéticas, el caso es que una persona de cada 15.000 es acondroplásica. Se calcula que en España hay cerca de 4.000, pero no hay un censo real de estas personas. La mayoría, casi el 90 % deciden operarse.
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