En Gibraltar, han conseguido lo que tanto anhelamos, quitarnos la mascarilla y volver a tener una vida normal. En la colonia británica los ciudadanos pueden salir a la calle sin la mascarilla. El 90 por ciento de la población ya está vacunada con la primera dosis y el 70 por ciento, incluso con la segunda. Hoy allí se respira alivio y felicidad.
Quitarse la mascarilla en el territorio español aún parece lejano, y de momento solo nos queda aplicar las medidas preventivas pertinentes para evitar los contagios. Entre ellas evitar aglomeraciones, algo está resultando difícil con las vacaciones de Semana Santa y el buen tiempo. Los cierres perimetrales en los territorios hacen que muchos ciudadanos ocupen las calles de sus ciudades, sobre todo del centro. Para evitar masificaciones se han cerrado vías y la Policía trata de controlar los accesos.
La preocupación por la tercera ola del virus, que empeora en casi toda Europa, puede obligar a volver a estrictos confinamientos. Es el caso de Francia, donde el Gobierno estudia aprobar el que sería el tercer cierre total desde que empezó la pandemia. Allí, los datos de los últimos días, con serias advertencias de los médicos, no invitan al optimismo. Otros países como Italia, el Reino Unido o Portugal encaran una Semana Santa con duras restricciones.