En Cataluña se traspasa la línea roja. Anoche se registraron los incidentes más graves desde que se iniciaron las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hásel. Grupos de radicales antisistema rodearon una comisaria de la Guardia Urbana en Barcelona y prendieron fuego a un furgón con un agente dentro. Los violentos, perfectamente organizados, también atacaron oficinas bancarias y comercios del centro de la ciudad. Un total de catorce personas han sido detenidas. Asaltos y destrozos que también tuvieron lugar en Lleida y Tarragona.
El consejero de Interior se reunirá con la alcaldesa de Barcelona y el presidente catalán en funciones para valorar medidas que puedan frenar la violencia. El ataque directo contra los Mossos se produce en pleno debate sobre la posible disolución de la unidad antidisturbios de los Mosos, condición impuesta por la CUP para llegar a un acuerdo para formar un gobierno independentista. El consejero de Interior se ha mostrado hoy contrario a esa medida mientras que la líder de la CUP ha dicho que condenar estos altercados es hipócrita y no sirve de nada.
Sigue bajando la incidencia, lo hace significativamente en lugares como Galicia, La Rioja o Extremadura, que con 58 casos por cada 100 000 habitantes, es la autonomía en estos momentos con mejores datos. Las comunidades relajan las restricciones. Mañana reabre, aunque con limitaciones, la hostelería en la Comunidad Valenciana tras permanecer dos meses cerrada y en Galicia se retoman las clases presenciales en la Universidad. Por este motivo 15000 estudiantes se someten hoy test de antígenos.