Pega una carta en los portales de Albolote pidiendo ropa para su hijo y levanta una ola de solidaridad

  • Virginia Blanco tiene 48 años y es vecina del pueblo granadino de Albolote

  • El cáncer le impide trabajar y su pensión es reducida, lo que le llevó a escribir una carta pidiendo ropa para su hijo

  • Alguien le hizo una foto a la carta, la subió a las redes y se hizo viral

Virginia Blanco tiene 48 años y vive en Albolote, Granada. Hace cuatro años le diagnosticaron un cáncer de pecho que le cambió la vida. Trabajaba en la hostelería pero, a día de hoy, el único trabajo que puede hacer es el de sobrevivir. Su pensión, de poco más de 400 euros, no le alcanza para cubrir los gastos y hacerse cargo de su hijo Alejandro, de 12 años. Hasta hace unas semanas recibía una ayuda por él que le han retirado y, ante tal situación, escribió una carta pidiendo ayuda a sus vecinos. La gran sorpresa es que se ha hecho viral y ya ha conseguido ropa para su niño.

La historia de Virginia en los últimos años ha sido dura. Tras varios cánceres, ha perdido la visión en un ojo, la audición en un oído y tiene dolores que le impiden hacer una vida normal. Aunque parezca difícil de creer, todos sus males se solapan cuando piensa en sacar adelante a su hijo. Por él se levanta de la cama, por él cocina y por él decidió pedir ayudar cuando veía que no iba a tener con qué vestirse. Todo empezó hace unos días cuando recibió una carta en la que notificaron que le retiraban la ayuda de 265 euros que recibía por cuidar de su hijo porque ella, según la carta, con sus problemas de salud, no podía hacer frente a ese cargo.

Cuando se enteró de que dejaría de recibir ese dinero, el mundo se le vino abajo. “Eran las 4 de la tarde y llorando desesperada escribí una carta”, relata Virginia Blanco. Eran dos hojas de papel de una libreta pequeña que pegó en dos portales del pueblo. En ella, no pedía dinero, solo ropa de la talla 12 para su Alejandro. 

Oleada de solidaridad por Virginia

La sorpresa llegó cuando el móvil empezó a sonar.  Sin ella imaginarlo, alguien le hizo una foto al cartel, lo subió a las redes sociales y se hizo viral. “Qué habré hecho para merecer esto”, dice Virginia emocionada, tras el aluvión de ayuda que está recibiendo. Su principal preocupación era que llegaría el frío y “no tenía para comprarle ropa a mi niño”, relata. Tal ha sido el movimiento entre la gente que le han llenado los armarios para varias temporadas. “No tengo manera de agradecer lo que me está pasando”, dice Virginia, quien asegura que seguirá, como siempre ha hecho, la cadena de solidaridad porque cuando la ropa ya no le sirva volverá a donarla a quien le haga falta. Además, muchos vecinos, enterados ahora de su situación, han decidido llevarle comida para llenar el frigorífico y la despensa que tenía casi vacía.

Le han retirado un dinero que le hace mucha falta para llegar a fin de mes… pero le han regalado sentimientos que el dinero no puede comprar. Su carta de desesperación por tener que pedir ayuda le ha valido para no sentirse sola y, para sí sentirse arropada, querida y con fuerzas para seguir luchando contra una enfermedad que le está robando su vida.