Sardinator, el robot camarero de Málaga, denunciado por pasearse sin permiso por el paseo marítimo

La Policía Local ha denunciado al chiringuito que empleaba a Sardinator, un robot que ofrecía bebidas mientras recorría el paseo marítimo de Málaga
El grupo municipal Málaga Con Todas ha alertado sobre los riesgos de estos artilugios, que pueden dificultar el paso de los peatones y generar molestias
MálagaSi pasea por La Malagueta y de repente escucha un "¡mojitos, caipirinhas, daiquiris!", no se asusten. Se trata de Sardinator, el robot camarero de un chiringuito de Málaga que se mueve solo por el paseo marítimo tratando de atraer clientes. Aunque lo cierto es que ya es muy probable que no se lo encuentren, porque la aventura de este empleado del futuro ha terminado antes de los esperado. La Policía Local ha levantado acta de denuncia contra este método publicitario por ocupar la vía pública sin autorización.
La denuncia ha sido presentada por Toni Morillas, portavoz municipal del grupo Málaga Con Todas, quien ha difundido un video grabado por una vecina en el Paseo Marítimo, mostrando al robot publicitario deambulando entre los paseantes y llamando la atención de turistas. Según el grupo, estos artilugios no están entrenados para evitar chocar con peatones, y su presencia sin autorización supone un riesgo tanto para la circulación como para la seguridad de quienes pasean por la zona.
El Ayuntamiento de Málaga ha actuado y le ha recordado al establecimiento en cuestión que la falta de permiso constituye una infracción grave según la ordenanza reguladora de ocupación de la vía pública, y que además podrían haberse vulnerado otros puntos de la normativa, como la ocupación de mayor superficie que la autorizada, las molestias reiteradas a vecinos o transeúntes y la posible dificultad para la circulación peatonal.
Sardinator, el robot del paseo marítimo
Sardinator se había convertido en una curiosidad ambulante que sustituía a los tradicionales jóvenes que reparten flyers o invitan a entrar en los chiringuitos. Su misión era sencilla y eficaz, captar la atención de los turistas y los paseantes con su repertorio de bebidas y su presencia autónoma por el paseo. Hasta hoy, parecía disfrutar de total libertad, moviéndose entre los transeúntes mientras ofrecía un plan a todo el que pasaba por su lado.
Pero la presencia del robot ya llevaba un tiempo generando todo tipo de comentarios en redes sociales, la mayoría haciendo referencia a un estorbo más que a una buena estrategia de marketing. Ahora, el episodio que ha generado el final de su actividad, ha despertado reacciones tanto a favor como en contra. Muchas de esas reacciones mezclan humor y sarcasmo, con la queja y la denuncia. Hay quien se ha quejado, por ejemplo, de que "ya no se puede dar ni una vuelta tranquila", o quien no entiende que "nadie se lo haya llevado en todo este tiempo".
Un peligro para los viandantes
Hay usuarios de la red social X que lo han descrito como un espectáculo inesperado que "convierte la ciudad en un pequeño decorado para el turismo", y la mayoría coincide en que el androide podría suponer un peligro para los viandantes, sobre todo para los más pequeños.
El chiringuito implicado deberá ajustar su estrategia, y Sardinator tendrá que permanecer bajo control hasta que obtenga los permisos correspondientes, porque cualquier intento de seguir operando sin autorización podría derivar en sanciones más graves. Mientras tanto, los paseantes de La Malagueta tendrán que conformarse con saludar al robot desde la distancia y esperar a que la creatividad publicitaria encuentre nuevas formas de sorprenderlos.
