La asesina de Gabriel se incriminó hablando sola en su vehículo con micrófonos
Los agentes de la UCO lo grabaron todo, en video y en audio, con micrófonos hasta en el coche de Ana Julia (había escondido su móvil y no lo usaba). Hablaba sola mientras ella metía en el maletero el cuerpo del pequeño Gabriel tras desenterrarlo, y lo conducía, según sus propias palabras a un invernadero. Maldecía a Gabriel con rabia. En el auto el juez explica: "Vertiendo expresiones vejatorias que revelan una falta de sentimientos y humanidad…"
Tan graves fueron los insultos que el juez quiso que se escucharan y Ana Julia, en la sala del juzgado, asistió a la diligencia perpleja. El juez explica que calificó sus palabras de pura crueldad. Según fuentes de la investigación en esos monólogos de Ana Julia en su coche se incriminó. Sus palabras claramente confirmaban la premeditación del crimen. El juez lo relata así:
"Le asfixió con sus propias manos hasta provocar su muerte… para luego trasladarlo hasta el jardín donde previamente había cavado un hoyo con una pala".
Un enterramiento preparado. Todo planificado. Incluso quedarse a pintar la casa para fabricarse coartada, para que la pintura estuviera fresca. Se había llevado al pequeño en el único momento que la abuela no podía controlarlo, cuando en el camino unas plantas impiden la visión desde la cancela: "Mediante engaño o promesa lo trasladó a un lugar apartado y aislado para poder llevar a cabo su macabro plan criminal".
Un macabro plan que no terminó ahí. Prosiguió con su farsa de la camiseta y los 12 días que la vimos mentir e ignorar el sufrimiento de los padres.
El juez destaca: "Las abrumadoras pruebas existentes y la malvada voluntad dirigida a asegurar la comisión del crimen" que justifican la acusación de asesinato con alevosía.