Encuentran una quilla en las obras de un aparcamiento donde descubrieron un barco hundido de 500 años en Barcelona

Labores de excavación arqueológica en el antiguo Mercat del Peix de Barcelona
Labores de excavación arqueológica en el antiguo Mercat del Peix de BarcelonaAjuntament de Barcelona
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BarcelonaLas obras de construcción de un futuro aparcamiento en el solar del antiguo Mercado del Pescado de Barcelona ha vuelto a sorprender a la capital catalana con el descubrimiento de una quilla de grandes dimensiones que podría pertenecer a un segundo barco medieval, tras el hallazgo hace menos de un mes de un barco hundido hace 500 años, emergido entre las arenas del litoral.

Esta nueva pieza mide 3,43 metros y presenta una morfología propia de una quilla, con una junta que indica que encajaba con la proa o la popa de una nave, lo que refuerza la hipótesis de que se trate de un extremo y no de un fragmento central.

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"Aún no podemos decir si es del mismo barco o de otro, lo sabremos en meses", explica el arqueólogo Santiago Palacios sobre un descubrimiento que se produjo durante una operación de pilotaje del terreno, cuando la quilla quedó enganchada a un pilote. Una vez asegurada manualmente, se extrajo con ayuda de una excavadora sin dañarla.

Piezas en piscinas de agua

Las tareas se centran actualmente en retirar las cuadernas del Ciutadella I, el esqueleto del barco, y colocar cada pieza en piscinas de agua instaladas en la propia obra para mantener su humedad. "Es muy importante conservar la humedad porque el barco se encontró completamente empapado y cualquier cambio puede deteriorar la madera", admite Delia Eguiluz, directora de la restauración.

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Los restos del barco, datado entre los siglos XV y XVI que encontraron semanas atrás, estaban a una profundidad de más de cinco metros bajo el nivel del mar y la embarcación fue bautizada provisionalmente como "Ciutadella I" al estar pegado al parque de la Ciutadella junto a la Villa Olímpica de Barcelona.

El fragmento principal del Ciutadella I conserva buena parte del casco, y su extracción continúa con lentitud por la fragilidad del material y la complejidad técnica de la operación. Una vez finalizado el trabajo de campo, las piezas serán trasladadas al centro de conservación de Zona Franca para su limpieza y posterior consolidación, en un proceso que podría alargarse varios años.