Aunque la brecha digital sigue afectando a muchos mayores, los sénior están cada vez más conectados y adaptados tecnológicamente
En una nueva entrega de ‘Generación+’, la periodista Alba Lago reflexiona sobre cómo la edad ha dejado de ser un freno para la tecnología
La tecnología está presente en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Desde el acceso a la banca hasta la gestión de la salud, pasando por la comunicación con nuestros seres queridos. En ese sentido, es cierto que la brecha digital existe y supone un obstáculo significativo para los grupos de mayor edad, pero los sénior están demostrando mayor capacidad de adaptación de la que creíamos. La periodista Alba Lago aborda este desafío colectivo en una nueva entrega de ‘Generación+’ de VidaCaixa en Uppers.
Tradicionalmente se ha asumido que la tecnología es un territorio exclusivo de las generaciones más jóvenes y que la edad es un impedimento para adquirir nuevos conocimientos. Sin embargo, cada vez más adultos mayores se sirven de ella activamente para comunicarse, informarse y entretenerse.
Según un estudio del Pew Research Center, más del 70% de los adultos mayores en países desarrollados usa internet con regularidad. Hoy la Generación+ está más familiarizada con los smartphones y las tablets, hacen videollamadas para mantenerse en contacto con familiares y participan en redes sociales. Algunos incluso se convierten en creadores de contenido, desafiando los estereotipos generacionales.
Los sénior están demostrando que pueden, quieren y saben integrarse. En vez de verlos como rezagados tecnológicos desde una posición de condescendencia, hay que reconocer su papel como usuarios activos dentro del ecosistema digital, con la experiencia y las competencias necesarias. Porque la edad ya no es un freno para la tecnología, sino una transición hacia el nuevo futuro.



