Detectan por primera vez actividad eléctrica en la atmósfera de Marte: es diferente a la que hay en la Tierra

La misión Europa Clipper pasa por Marte probando instrumentos. Europa Press
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La actividad eléctrica no solo se produce en la Tierra, sino también en planetas como Saturno y Júpiter, en nuestros Sistema Solar, pero hasta ahora no se había demostrado de forma directa en Marte, aunque se había teorizado sobre ella. Esa actividad eléctrica se ha detectado en forma de descargas triboeléctricas, que es una especie de “chispazos microscópicos”, similares a las pequeñas descargas que sentimos cuando nos tocamos el pelo y una puerta metálica, explica el investigador Germán Martínez, del Centro de Astrobiología (CAB).

En la atmósfera de Marte se producen descargas eléctricas, aunque son muy diferentes a las descargas eléctricas que se producen en la Tierra, como un tormenta. Pero este hallazgo podría dificultar la búsqueda de vida pasada en el planeta e influir en las misiones de exploración. Un equipo de investigadores con participación española publica en la revista Nature un estudio basado en sonidos de la atmósfera recogidos por el robot lanzado por la NASA en 2020, el Perseverance durante dos años marcianos.

Martínez, uno de los investigadores que han firmado este hecho, señala que no se pueden comparar con los rayos que se producen en la Tierra, que son “unos 200 millones de veces más energéticos que las chispas que hemos detectado en Marte”, y dice que, aún así para hacer algún tipo de comparación, una de las más grandes sería como la que sirve para encender un coche.

Partiendo de la base de que el planeta rojo, Marte es un planeta muy polvoriento y se caracteriza por sus tormentas de viento y remolinos de polvo, ha tenido que ver en las descargas eléctricas que han sido descubiertas ahora. La explicación de este proceso natural es que cuando el viento levanta las partículas de polvo, estas friccionan entre sí, lo que crea un campo eléctrico lo suficientemente potente para llegar al llamado umbral de ruptura, que es lo que crea el efecto triboeléctrico, indica Martínez.

Esperamos que las hasta ahora elusivas descargas eléctricas sean muy abundantes cuando se dan estas condiciones ambientales

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El equipo identificó 55 chispazos de este tipo, casi todos asociados a remolinos de viento o a condiciones atmosféricas donde había frentes de polvo moviéndose. El descubrimiento de este fenómeno tiene diversas implicaciones, entre las que Martínez destaca que los campos eléctricos crean percloratos, los cuales degradan la moléculas orgánicas, lo que dificulta la actual búsqueda de evidencias de vida pasada en el planeta.

Si estamos buscando biofirmas, tenemos que tener en mente que es posible que hayan desaparecido o se hayan degradado. Este fenómeno es importante para entender la falta, quizás, de esas señales de vida” en Marte. Además, la existencia de esas descargas eléctricas debe tenerse en cuenta al llevar equipamiento o en futuras misiones humanas, “porque no queremos que un sensor deje de funcionar por un chispazo eléctrico”, dice, aunque son eventualidades que ya se tienen en cuenta y hasta ahora no se ha producido ningún percance de ese tipo.

Otro aspecto que puede verse afectado son los modelos de predicción meteorológica en el planeta, en especial cuando haya misiones humanas, pues la presencia de campos eléctricos puede hacer que sea necesario menos viento del que se pensaba para que se inyecte polvo en la atmósfera. El equipo, encabezado por la Universidad de Toulouse (Francia), usó las grabaciones de los sonidos de la atmósfera del planeta.