Pero la perspectiva es estimulante: Mindplay utiliza un dispositivo que se coloca alrededor de la cabeza para leer las ondas cerebrales vinculadas a los diferentes estados de ánimo.
De acuerdo con estos desarrolla la historia en direcciones imprevistas y lleva a varios desenlaces alternativos. El final triste, trágico o positivo dependerá de los niveles de concentración, del espectador en los momentos cruciales de la historia.
Las interacciones de miles de millones de neuronas en el cerebro humano generan pequeñas señales eléctricas. Nuestro estado de ánimo o diferentes tipos de pensamientos crean patrones específicos que pueden ser detectados por los sensores e interpretados mediante un programa que afecta el resultado en la pantalla.
Myndplay convierte al espectador en un protagonista paralelo de la película y decidir quién vive o quién no en la trama.
Los desarrolladores de esta tecnología aseguran que la experiencia es un 'mix' entre ver una película y participar en un videojuego.
El sistema, desarrollado por una empresa de medios interactivos, ha sido utilizado mayoritariamente con videojuegos y solo dispone de algunos titulos cinematográficos.
La empresa ha creado varias películas interactivas que se pueden comprar y descargar por internet por un precio que no supera los 10 euros. Ahora buscan convencer a la industria cinematográfica para que filmen varias versiones alternativas que puedan ser proyectadas de acuerdo a las emociones de los espectadores.
Una propuesta a la que enfrentarían a los guionistas y autores de las obras.
Por ahora tienen dos filmes cortos disponibles para ser vistos por computador: una es una película de horror, en la que el usuario hace el papel de un exorcista que lidia con espíritus malvados y la otra es una cinta de pistoleros en la que el protagonista tiene que mantener la calma para evitar complicaciones al enfrentar el hampa londinense.