¿Por qué la IA afecta menos a los sénior en el mercado laboral?

La IA revoluciona el mercado laboral pero afecta menos a los trabajadores sénior
Los más jóvenes tienen complicado acceder a muchos empleos. GETTY IMAGES
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La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa de futuro, sino una realidad que está transformando el ámbito empresarial y redefinido la manera en que trabajamos. La automatización de tareas repetitivas, la optimización de procesos o la toma de decisiones estratégicas basadas en datos propicia que lo que antes requería horas de esfuerzo humano ahora pueda resolverse en segundos. El impacto de estas tecnologías en el mercado laboral es incuestionable, pero afecta significativamente más a los jóvenes que a los veteranos.

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Al menos esa es la conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Stanford basado en millones de registros de nóminas en EEUU. El informe 'Canaries in the Coal Mine? Six Facts about the Recent Employment Effects of Artificial Intelligence' cifra en un 13% la caída relativa del empleo de personas de entre 22 y 25 años en las ocupaciones más expuestas a la IA desde la adopción masiva de los modelos generativos.

Los trabajadores y las profesiones más afectadas

Actividades como el desarrollo de software, atención al cliente, contabilidad, administrativos o recepcionistas, consideradas altamente expuestas a las herramientas de IA generativa, se ven especialmente afectadas en esta franja de edad. Y dato importante: el ajuste se produce vía empleo, no vía salarios. Es decir, se contrata menos, pero los que permanecen no sufren grandes recortes de sueldo. En contraposición, profesiones menos expuestas, como los auxiliares de enfermería, han visto crecer el empleo para los trabajadores jóvenes más rápidamente que para los mayores.

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Por qué afecta más a los jóvenes

El patrón de este fenómeno encaja con la teoría de tareas: la IA sustituye primero trabajo rutinario, codificable y verificable, que es donde empiezan los juniors. Todo lo que aprende un estudiante en la universidad o en los institutos (datos, fórmulas, procedimientos estandarizados) es precisamente lo que la IA hace bien al replicar y sustituir.

Los sénior, en cambio, acumulan competencias complementarias, la experiencia humana, el pensamiento crítico y la capacidad de gestión, conceptos menos automatizables a corto plazo. La IA es "menos capaz de reemplazar el conocimiento tácito que se acumula con la experiencia", concluye el informe. Es decir, no es capaz de igualar a los humanos en intuición, habilidades blandas, los trucos y soluciones que solo se aprenden con años de trabajo en el campo.

La gran paradoja de todo esto es que si las tareas de entrada desaparecen, no habrá forma de adquirir la experiencia necesaria para cubrir los puestos de mayor responsabilidad dentro de unos años. El investigador Erik Brynjolfsson, uno de los autores del estudio, propone “entrenar explícitamente” y rediseñar trabajo hacia colaboración entre el ser humano y la IA, en lugar de sustituirlo sin más.

Aunque los datos se refieren a EEUU, el vector tecnológico es global y el tejido empresarial español también se verá afectado. La cuestión no es tanto si la IA impactará negativamente en la cantera de talento, sino cómo diseñar organización, procesos y métricas para que el futuro de los equipos de trabajo no se vea gravemente erosionado.