Se investiga el riesgo para la Tierra del enjambre de las Táuridas

  • El enjambre de las Táuridas cambia las probabilidades de posibles impactos catastróficos

  • La Tierra se aproximará a 30 millones de kilómetros

  • Será su mejor momento de observación hasta principios de los años 2030

Científicos de la Western University estudian el potencial riesgo para la Tierra de un grupo denso de meteoroides dentro de la corriente de las Táuridas.

Cuando se consideran los catalizadores para colisiones catastróficas, existen dos fuentes principales de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés), como los asteroides y los intrusos del sistema solar exterior, que generalmente son cometas. En las últimas décadas, se ha realizado un gran esfuerzo para catalogar más del 90% de los NEO potencialmente peligrosos, y se está trabajando para detectar, catalogar y rastrear números más grandes y tamaños más pequeños de estos objetos. Los intrusos del sistema solar exterior son mucho más difíciles de registrar.

El enjambre de las Táuridas es una tercera fuente potencial de riesgo que cambia las probabilidades de posibles impactos catastróficos. La explosión de Tunguska (Rusia) de 1908 se considera un evento de uno en 1.000 años, suponiendo una distribución aleatoria de eventos a lo largo del tiempo. Pero el enjambre de las Táuridas, a través del cual la Tierra pasa periódicamente, cambia las probabilidades significativamente y da una posible razón para el improbable caso de que una vez por evento de 1.000 años haya ocurrido hace más de un siglo. Si el poder hipotético del enjambre se prueba con éxito, esto también aumenta la posibilidad de un grupo de grandes impactos en un corto período de tiempo.

Este verano, el encuentro más cercano desde 1975

De acuerdo con el análisis de datos del 'Western Meteor Physics Group', la Tierra se aproximará a 30 millones de kilómetros del centro del enjambre de las Táuridas este verano, el encuentro más cercano desde 1975. Los cálculos también muestran que este será el mejor momento de observación del enjambre hasta principios de los años 2030.

"Ha habido un gran interés en la comunidad espacial desde que compartimos nuestros resultados en la reciente Conferencia de Defensa Planetaria en Washington DC", dice David Clark, un estudiante graduado de Western y primer autor del estudio.