Madagascar, posible hogar de 'fósiles vivientes' más antiguos que la propia Madagascar

  • Los celacantos miden cerca de 1,5 metro y viven hasta 60 años

  • Se cree que llevan en la Tierra unos 420 millones de años, antes del desarrollo de los dinosaurios

  • Los investigadores creen que Madagascar fue y sigue siendo su hogar principal

Madagascar podría ser un refugio para un montón de especies de celacantos, un pez considerado un fósil viviente que llevaría en la Tierra 420 millones de años. De confirmarse, estaríamos hablando de un animal más antiguo que la propia Madagascar, cuya línea costera se remonta unos 88 millones de años.

Los celacantos se creían extintos desde el período Cretácico… Hasta que, en 1938, un ejemplar vivo fue capturado en la costa oriental de Sudáfrica y, más tarde, en 1998, un nuevo espécimen apareció de nuevo en la zona. En total, se habrían identificado 34 ejemplares de este animal, según ‘Live Science’, aunque podrían ser muchos más. La gran mayoría de los celacantos probablemente nunca llegó a ser reconocido por un biólogo que lo confirmase.

Tras muchos años de análisis, ahora los investigadores creen que probablemente estos peces nadaban primero en aguas de Madagascar, y de ahí fueron colonizando las islas Comoras (formadas más recientemente), donde se han dejado ver con mayor frecuencia.

"Sabemos que a los celacantos les gusta vivir en cañones desde profundidades de unos 150 a 500 metros", dice en un medio científico el coautor del estudio Mike Bruton, un ictiólogo con sede en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Los celacantos son anteriores a los dinosaurios

El celacanto es de los animales más curiosos con los que se ha topado la ciencia. “Muchos expertos creen que las características únicas del celacanto muestran uno de los estados iniciales de la evolución de los peces a animales terrestres de cuatro patas, como los anfibios”, publicaba hace unos años el National Geographic.

Sus aletas lobuladas, que se extienden hacia afuera como si fueran patas, su articulación intercraneal que le permite agrandar la boca para tragar presas de gran tamaño, un conducto llamado notocordio, relleno de un líquido aceitoso, que hace las funciones de médula ósea o unas escamas increíblemente gruesas que solo se conocían en peces ya extintos lo convierten en una especie única en el mundo con unas capacidades alucinantes para la supervivencia, que han desarrollado durante millones de años. Y, que no engañe su tamaño aparente en las imágenes, son gigantescos, pudiendo medir metro y medio de largo y pesar hasta 70 kg.

Se trata un pez esquivo que puede vivir incluso a 700 metros de profundidad y vivir más de 60 años, creen los expertos. Se desconoce cuántos especímenes quedan, aunque su lento crecimiento y la poca frecuencia con la que se reproduce podrían jugar en contra de su conservación, además de la pérdida de hábitat por la degradación medioambiental.

El investigador Bruton pretende realizar una expedición para estudiarlos en profundidad junto con su equipo, que fue pospuesta por la crisis sanitaria del coronavirus. Además, estos expertos tienen intención de educar a las poblaciones locales para que congelen un ejemplar cuando lo capturen y así poder realizar análisis genéticos que revelen nuevos detalles interesantes.