Las mascarillas por el coronavirus se acumulan en las playas de Hong Kong y amenazan la vida marina

  • China empieza a recuperarse tras la crisis del coronavirus, pero se enfrenta ahora a la contaminación por mascarillas quirúrgicas

China empieza a controlar la pandemia que aquí no ha hecho más que empezar. Ha pasado de ser el epicentro a blindarse contra posibles casos importados, obligando a todo el que desembarque en Pekín a someterse a una cuarentena. Pero entre las 'good news' hay algo a lo que tendrá que hacer frente además de una economía dañada y las secuelas morales que quedarán en su población: la contaminación por mascarillas desechadas.

Antes de recluirnos en nuestras casas y contar por miles los contagiados, en nuestro país mirábamos a China con compasión. Entre las consecuencias del coronavirus hubo una, no obstante, muy positiva: la reducción drástica de emisiones de CO2. Pero mientras esta disminuía, ha habido otra que ha pasado más desapercibida que habrá que solucionar próximamente: las playas y senderos naturales se han llenado de mascarillas que la gente ha ido tirando al suelo y han acabado en la naturaleza.

Hong Kong, con 7 millones de habitantes, la más afectada

Concretamente, la suciedad se ha observado en la ciudad de Hong Kong, con 7 millones y medio de habitantes. Aunque no ha sido una de las regiones más afectadas por el virus, sus residentes han sido precavidos y han tomado en el último mes y medio las medidas recomendadas, entre ellas utilizar mascarillas desechables de un único uso. ¿Te imaginas tanta gente con una mascarilla al día durante 45 días? Son muchas mascarillas.

Entre el tumulto de preocupación muchos han olvidado depositarlas debidamente después de usarlas y estas han terminado a lo largo y ancho de la costa, principalmente. Tanto, que han viajado 20 kilómetros por el Mar de la China Meridional hasta invadir las Islas Soko, ahora en su mayoría deshabitadas.

La ONG Oceans Asia, junto con WWF Hong Kong, que estudia el archipiélago con ayuda de drones en busca de microplásticos, ha detectado una densidad alarmante de mascarillas quirúrgicas a orillas del mar y dentro de él. Las mareas y el viento han estado arrastrándolas hasta allí hasta el punto de que su acción ahora se centra en retirarlas para salvar los ecosistemas marinos.

Lo que podemos aprender de todo esto es obvio: si vas a usar mascarilla, recuerda reciclarla después para que no acabe en nuestros parques o en el mar. Y lo mismo con los guantes de látex.