Esta tecnología permite ofrecer en tiempo real servicios especiales e información de interés sobre lugares, transportes, ofertas comerciales... Las posibilidades son enormes. Por ejemplo, con un teléfono móvil con cámara y conexión a internet -y gracias al gps y al acelerómetro que estos aparatos incorporan-, podemos recibir datos que nos aporten un valor añadido. Esa información aparece sobreimpresionada en la pantalla, situada sobre el objeto que estamos enfocando.
La publicidad ya ha empezado a hacer uso intensivo de esta herramienta. Pero son las empresas las que poco a poco quieren ofrecer un mejor servicio a sus clientes a través de la realidad aumentada.
Ejemplos de realidad aumentada
Es el caso de las aseguradoras. AXA, Mapfre o Línea Directa cuentan con servicios basados en la geolocalización y en la realidad aumentada. Esta última compañía permite a sus asegurados consultar a qué distancia se encuentra el taller asociado más cercano o las gasolineras con mejor precio... incluso si el conductor no recuerda dónde dejó su vehículo, la realidad aumentada le ayuda a encontrarlo.
El Metro de Madrid o la TMB, la empresa de transporte público de Barcelona, hacen uso igualmente de este tipo de aplicaciones para dar al usuario una información más precisa de cuánto tardará el próximo autobús o de qué recorrido exacto hace.
La realidad aumentada lleva mucho tiempo entre nosotros, pero siempre ha sido una tecnología experimental. A principios de este año la revista TIME ya la consideró dentro de las tendencias tecnológicas de 2010. Pero lo cierto es que aún no ha llegado a convertirse en algo influyente en la vida diaria de la gente. Los expertos creen que eso comenzará a pasar a lo largo del año que viene.