España florece antes de tiempo: los riesgos para los cultivos si llegara el frío de golpe

  • El año pasado, con la llegada de una masa de aire del Ártico, buena parte de la cosecha se echó a perder

  • Sólo en Murcia las pérdidas fueron de más de 27 millones de euros

Si en algo hay opinión unánime en lo que va de año es que el invierno nos va a dejar sin pena ni gloria. Empezó sin grandes alardes aunque lo suficientemente lluvioso para mantener a raya por fin nuestros embalses, que lo largo del otoño se fueron vaciando a la espera de nubes. Era de esperar, como ya sucedió el año pasado, que nuestros almendros florecieran confundidos por el calor adelantado y el olor a azahar anunciara la llegada de una primavera a la que todavía le queda un mes.

¿Dónde está el frío? También en Japón podrán tener este año la floración más temprana de su historia. En Francia, como en España, se baten récords de temperatura por los 20ºC que se registran donde tradicionalmente ha habido heladas en invierno.

Aunque en España somos unos enamorados del terraceo y los fines de semana al aire libre, la floración precoz en nuestros campos va a pasar una factura cada vez más difícil de pagar. El potente anticiclón que ha acaparado nuestro territorio a lo largo de la estación ha disparado las temperaturas y ha impedido que las lluvias sean tan constantes como cabría esperar.

Por ejemplo en Madrid, según el promedio del periodo 1981-2010, lo habitual es que caiga a lo largo de febrero entre el 4 y el 12% de la precipitación anual, con entre 7 y 19 días de lluvia de media. Este 2020, por el contrario, no recordamos la última vez que sacamos el paraguas.

Esto no tendría por qué ser un problema. Tiempo más apacible, almendros que lucen blancos, y playas a rebosar en invierno… Suena bien. Sin embargo, en el campo, la llegada del frío que todavía podría incurrir en nuestras latitudes paralizaría la floración y los frutos se echarían a perder, los que ya han brotado y los que están en ello.

El año pasado la cosecha se echó a perder

El año pasado, abril trajo una irrupción de aire ártico que desplomó el termómetro por debajo de los 5ºC bajo cero en Castilla y León y otras zonas de la mitad norte peninsular, y dejó nevadas en cotas más bajas que en el propio invierno. Para hacernos una idea, hacía más frío a comienzos de abril del que hace esta última semana de febrero de 2020.

Almendros, pistacheros, albaricoqueros, viñedos… Los agricultores desecharon buena parte de su cosecha con las heladas tardías de la primavera. Murcia fue la más afectada: la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca anunciaron pérdidas de más de 27 millones de euros.