El misterio de las extrañas señales cósmicas que se repiten cada 157 días en el universo

  • Los científicos están sorprendidos con un fenómeno de origen desconocido

  • Las ráfagas de radio duran 90 días para continuar con un silencio de 67 días

Un equipo internacional de astrónomos ha detectado desde el observatorio Jodrell Bank de la Universidad de Manchester un fenómeno astrofísico llamado ráfaga rápida de radio (FRB) y que se ha repetido cada 157 días durante al menos los últimos cuatro años. Utilizando el telescopio Lovell, el tercero más grande del mundo, los expertos analizan unas señales cósmicas que llegan desde algún punto del universo infinito. Hasta ahora, han descubierto que una de las FRB registra una conducta regular, un fenómeno que sorprende a los científicos.

Los astrónomos han descubierto que la emisión sigue un patrón cíclico, con ráfagas de radio que duran 90 días para continuar con un silencio de 67 días. Y este comportamiento se repite después de 157 días. Las señales que se repiten duran muy poco, unas milésimas de segundo, y se perciben en todo el universo.

La teoría de que hay vida extraterrestre

El misterio de este fenómeno todavía no se ha resuelto, nadie sabe cómo se producen estas ráfagas rápidas de radio. Entre las teorías que se investigan es que provengan de unas estrellas muy densas que se caracterizan por sus potentes campos magnéticos.

La actividad de las FRB puede explicarse por la oscilación del eje magnético de una estrella de neutrones altamente magnetizada. Sin embargo, el período de 157 días ha dejado sin respuestas a los científicos, debido a los grandes campos magnéticos ligados a dichos astros. Lógicamente, todo ha hecho aumentar la teoría que hay vida extraterrestre, pero todo apunta a que las señales son de origen natural y que proceden de algún punto más allá de la Vía Láctea.

Publicado en la revista' Monthly Notices' de la Sociedad Astronómica Real, el estudio destacó que la periodicidad de las explosiones supera por casi 10 veces los anteriores registros, que solo alcanzaban los 16 días. “Este descubrimiento resalta lo poco que sabemos sobre el origen de las FRB. Se necesitarán más observaciones de un número mayor de ellas para obtener una imagen más clara sobre estas fuentes periódicas y dilucidar su origen”, comentó Duncan Lorimer, de la Universidad de West Virginia, quien desarrolló la técnica de análisis de datos que condujo al descubrimiento.