Cómo conservar las cebollas en buen estado durante el máximo tiempo posible

Las cebollas, bien sean blancas o moradas, son uno de los alimentos básicos en las cocinas de numerosos países. Por ello, es importante seguir una serie de pautas para que su conservación se prolongue durante unas cuantas semanas, hasta cinco o seis. Y es que hay que tener mucho cuidado para que no se estropeen debido a la gran cantidad de agua y azúcar que tienen.

Aunque resulte obvio, debemos destacar que no es buena idea que las cebollas se lleven golpes, por ejemplo durante el traslado a casa, puesto que provocan que se pongan malas de forma mucho más rápida.

Cómo conservar las cebollas fuera de la nevera

Las cebollas no deben colocarse nunca cerca de las patatas ya que absorberán su humedad, comenzando a estropearse. Deben permanecer en un espacio fresco y ventilado.

No se deben utilizar bolsas de plástico para guardarlas y es importante alejarlas de la luz solar para evitar que empiecen a amargar. Lo ideal es mantenerlas a una temperatura constante entre cuatro y diez grados.

Puedes conseguir que las cebollas estén correctamente ventiladas usando una malla, una red o una media. Haciendo un nudo entre cada cebolla, impedirás que absorban la humedad al no entrar en contacto. También puedes emplear una bolsa de papel llenándola de cebollas hasta la mitad y hacer unos pequeños agujeros para que circule el aire.

Cómo guardar las cebollas en el frigorífico

Cubre el cajón de las verduras con papel absorbente para conservar las cebollas y el resto de verduras sin humedad. Reduce la humedad de las cebollas envolviéndolas en papel absorbente.

Utiliza el cajón de las verduras, intenta no amontonarlas y procura que no entren en contacto. Recuerda que no debes poner las cebollas cerca de las patatas.

El congelador puede ser un buen aliado

Existe un buen truco para conservar las cebollas en caso de que tengamos una cantidad inusual en casa y queramos conservarlas el mayor tiempo posible.

Tenemos que pelar las cebollas y cortarlas de la forma que prefiramos. Luego las ponemos en una sola capa sobre una bandeja y las envolvemos con papel film, quitándoles todo el aire posible, para meterlas al congelador.

Con este truco vas a poder tener cebolla cortada lista para añadir a tus guisos, sofritos y todo tipo de recetas. Además, puedes tenerla en varias bolsas con distintos cortes para poder utilizar el que más nos convenga sin tener que cortarla de nuevo.