Desde el furor que causó en el mundo 'El código Da Vinci', de Dan Brown, las intrigas en museos han relanzado estos lugares, han reinventado su atractivo y los han convertido más que nunca en una visita popular y fascinante que ya no excluye a nadie. Lejos del esnobismo de cierto tipo de arte "sólo para entendidos", algunos referentes de la literatura han dedicado su obra a reivindicar los museos como lugares para descubrir historias y para vivir una experiencia personal y transformadora. Como Dan Brown, cuyo best seller, que sucede en el Louvre de París, llegó hasta la pantalla grande con una película protagonizada nada más ni nada menos que por Tom Hanks, el escritor español Javier Sierra ha logrado arrasar con sus novelas situadas en uno de los iconos de la cultura española: el Museo del Prado.

"Cada cuadro es un libro", dijo Sierra a los periodistas para inaugurar una visita nocturna exclusiva por el museo madrileño donde ocurren algunas de las escenas de 'El maestro del Prado', con la que atrapó a los lectores en 2013, y de su última obra, 'El plan maestro', que acaba de llegar a las librerías. En esta última historia, Javier Sierra se zambulle en lo simbólico, en los secretos que esconde el arte y que posibilitan las muchas capas de lectura que puede tener una pintura. Su punto de partida son los niños. Considera que, desprovistos de los códigos sociales y las restricciones que impone la cultura a la creatividad, pueden ver mucho más que los adultos en una obra de arte. Los niños consiguen mirar el arte con los ojos de la intuición y esa es la propuesta de su libro: mirar el arte con otros ojos.

Con elocuencia y un dominio casi académico de las obras del Prado, el escritor ofició de guía por algunas de las salas, completamente vacías y disponibles para una contemplación detenida, lo suficiente para conocer la historia que esconden las obras seleccionadas para este recorrido.

"Hace unos años hicieron un experimento. Llevaron a 30 niños en el Rijksmuseum. A un grupo de 10, lo llevaron a ver las cartelas de las obras. A otro grupo de diez lo dejaron ver la obra sin mirar las cartelas. Al tercer grupo de diez, le contaron una historia. Descubrieron que, mientras los dos primeros grupos pasaron por las obras sin prestarles atención, el grupo al que le contaron un cuento sobre esas imágenes se focalizó en las pinturas y las disfrutó más", explicó el escritor, para luego recordar que la interpretación del arte data de tiempos inmemoriales. "Se sabe que en las cuevas llenas de pinturas rupestres, era un chamán el que les daba sentido a través de sus relatos. Esta noche yo voy a ser vuestro chamán y el museo, nuestra cueva".

Las paradas fueron ante dos cuadros de El Bosco: "El Jardín de las Delicias" y "El carro de heno". Luego, "La Sagrada Familia" (La Perla) y "Virgen del pez", de Rafael. Antes de entrar en la sala de las pinturas negras de Goya, hizo una parada en un cuadro mucho menos conocido pero que cumple una función clave en su novela: "Luis Veldrof, aposentador mayor y conserje del Real Palacio", de Vicente López Portaña.

En cada uno de estos cuadros descubrió para los presentes al menos un secreto escondido. En algunos había más de una historia que contar. Por eso, le pedimos a Javier Sierra que nos desvelara cinco secretos de los cuadros del Prado para que los usuarios de Uppers pudiesen llevarse como guía en su próxima visita. Nos dio seis. Dale play al vídeo que inaugura este artículo para descubrirlos.