El hombre volverá a la luna tras 60 años: recordamos aquel primer pequeño paso para el hombre que marcó a una generación
La NASA acaba de anunciar para febrero de 2026 la misión Artemis II, que orbitará la luna de nuevo
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Un hito espacial que cambió la historia de la humanidad, el primer alunizaje, vuelve a ponerse en primera plana con los recientes anuncios realizados por la NASA. Y es que se acaba de adelantar que el ser humano volverá a la luna muy pronto. En concreto, en febrero de 2026 se lanzará la misión Artemis II, la primera expedición tripulada que orbitará la Luna en más de 50 años, y que servirá como preparación para el retorno del ser humano al satélite con Artemis III. Pero no solo eso, sino que además existen varias misiones y novedades sobre la exploración de nuestro satélite que parecen reavivar el fuego de la exploración espacial.
Este renacer lunar nos invita a echar la vista atrás. En concreto, el 20 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron la superficie lunar en la misión Apolo 11. Con el tiempo como testigo, parece imposible que con aquella tecnología que teníamos hace más de 50 años, fuéramos capaces de llegar a la superficie de la luna. Sin embargo, y muy a pesar de opiniones conspiranóicas, sigue siendo un relato cargado de nostalgia que aún toca en el presente, y se proyecta al mañana.
De vuelta a la luna: Artemis y el nuevo impulso lunar
Como decíamos, la NASA ha anunciado que su misión Artemis II podrá adelantarse a febrero de 2026 en lugar de abril, realizando un trayecto de diez días que orbitará la Luna sin descender (es decir, sin alunizar), pero servirá para probar sistemas vitales para etapas posteriores. Su objetivo central es validar la cápsula Orion, el cohete SLS y las condiciones fisiológicas de los astronautas en travesías lunares. Esta misión sirve como previa para Artemis III, una misión que tiene previsto para intentar alunizajes hacia 2027 o más allá.
Paralelamente, la misión VIPER, cancelada en 2024 por recortes, ha sido reimpulsada para fines de esta década como parte del programa lunar de exploración en el polo sur. Su propósito principal: detectar hielo, agua y recursos volátiles que podrían sustentar futuras bases lunares.
Ya para rizar el rizo, también se ha anunciado que una nave privada ha aterrizado en la superficie lunar, aunque no llevase tripulante alguno. Se trata de la nave Blue Ghost 1, desarrollada por la compañía estadounidense Firefly Aerospace, que ha posado su módulo en Mons Latreille, dentro del Mare Crisium, una región lunar marcada por su antigua actividad volcánica. Este hecho abre aún más la puerta al futuro turismo lunar, aunque solo sea para los más ricos.
El primer alunizaje: historia, emoción y legado
El programa Apolo fue la cumbre de la carrera espacial entre EE. UU. y la URSS. Lanzado en 1960, su meta fue clara: llevar al ser humano a la Luna y traerlo de vuelta con seguridad. Tras varias misiones de prueba, el Apolo 11 alcanzó su momento álgido en julio de 1969, cuando Neil Armstrong se preparaba para posar sus pies sobre la luna, y pronunció su frase histórica desde la escalerilla del módulo lunar: “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad.”
Aquella gesta inspiró tecnología, cultura, cine, ciencia y política por décadas. Se convirtieron en iconos a nivel mundial: Armstrong, Aldrin, Collins; el módulo lunar, la etapa de descenso, el traje espacial A7L… Cada detalle de esta hazaña ha sido estudiado con admiración planetaria con el tiempo como testigo. Más tarde, durante el año 1972 la misión Apolo 17 consolidó el ciclo de alunizajes tripulados, tras otras como Apolo 12, 14, 15 y 16.
Más allá del relato heroico, los alunizajes han dejado un legado tangible a través de muestras lunares, instrumentación científica instalada en el satélite, estaciones de seguimiento como las de Robledo de Chavela o Fresnedillas, y un horizonte ético: la posibilidad de que la humanidad sea multiplanetaria. Ahora, parece que se ha abierto de nuevo la ventana de la exploración lunar.
Una experiencia lunar inmersiva
Puede que los paseos lunares ahora nos pillen un poco lejanos en el tiempo, pero su recuerdo permanece imborrable. Más aún cuando la tecnología facilita aquello de meterse en la piel de Armstrong y compañía, como ocurre con la experiencia de realidad virtual llamada LUNA de Virtual Zone. Se trata de un viaje virtual y en primera persona por lo que vivieron aquellos astronautas, empezando por detalles de su entrenamiento, siguiendo con el despegue y operación de la nave en el espacio, y culminando con un paseo lunar en el que tendremos la oportunidad de clavar la bandera española sobre el polvo del Mar de la Tranquilidad, siguiendo los pasos de estos astronautas.
No se trata de una experiencia concienzuda, de aquellas que buscan el máximo rigor histórico y físico, pero sí es fidedigna y pretende rendir homenaje a aquella gesta de los tripulantes del Apolo 11. No es lo mismo que viajar a la luna, eso es seguro, pero sí que puede ser lo más cerca que muchos estemos de hacerlo, sin tener que desembolsar millones de dólares para hacer turismo lunar.
La otra opción de acercarnos a la luna llega con iniciativas como la de la NASA con “Envía tu nombre con Artemis II”, que permite que cualquier persona registre su nombre para llevarlo alrededor de la Luna en la misión. Esa conexión emocional amplifica el sentido de que el proyecto lunar no es solo cosa de gobiernos, sino un sueño compartido por toda la humanidad.
