HUMOR

¿Es un pájaro? ¿es un avión? ¡No! Los poderes de Superlópez para ser tan recordado 50 años después

Superlópez, un superhéroe español que sigue volando alto. Penguin/SD
Compartir

No todos los superhéroes llevan capa… ni tienen bigote. Pero algunos sí, es el caso de Superlópez, versión cañí de Superman creada por el historietista Jan (Toral de los Vados, León, 1939) en 1973 (nada más y nada menos que hace 52 años) y que fue fiel compañero de la infancia de muchos de los que ahora peinan canas. Un total de 87 álbumes se han publicado con sus andanzas y en 2028 se estrenó una película sobre el personaje dirigida por Javier Ruiz Caldera y protagonizada por Dani Rovira, Alexandra Jiménez, Maribel Verdú o Julián López, entre otros. 

Sin embargo, hablar de Superlópez desde la nostalgia sería un error mayúsculo. Aunque el último álbum del personaje se publicó en 2022, su obra se reedita sin cesar y en 2025 ha visto la luz una edición numerada limitada (Penguin/SD) que recopila en dos tomos las 10 primeras aventuras -las más recordadas- del personaje y que se ha agotado en un abrir y cerrar de ojos. Tanto es así que los ejemplares ya cotizan como objetos de coleccionista, tan solo unos meses después de llegar a la librería, con cifras que triplican o cuadriplican el precio original. 

PUEDE INTERESARTE

Pero, ¿qué es lo que ha hecho que Superlópez, ese superhéroe barcelonés desastroso y torpe con el oficinista Juan López como anodino alter ego haya sobrevivido a otras creaciones del cómic español de los años 70 y 80? ¿Qué lo hace especial para aquellos niños que hoy rebasan la cincuentena y merendaron pan con chocolate leyendo sus aventuras?

PUEDE INTERESARTE

David Bastero, de 50 años, cree que el truco está en que “Jan es un maestro que pasaba por su filtro todos los elementos gráficos de sus historietas, ya se tratara de elementos reales como un Renault 5 de la época como imaginarios, como los dioses del cómic ‘La caja de pandora”. Una cotidianeidad que siempre aparece revestido del humor de Jan, profesional del 'gag', alguno de ellos tan recurrente que aparece en casi todas las historietas del personaje.

También coincide en la calidad del dibujo Jorge Ramírez, fan del personaje de 47 años: “En cada viñeta hay multitud de detallitos en los que fijarte, lo que hace que sea un cómic muy rico y superior a otros de la escuela de Bruguera”, pero él añade otros dos secretos para el éxito del Superlópez. “Por un lado, la longitud de las historias, que permiten un desarrollo mucho más rico de los personajes. Eso no sucedía con otros clásicos como El Botones Sacarino o Rompetechos, por ejemplo. Y por otro, la coincidencia en el tiempo con el pico de popularidad de Superman, que en los primeros 80 y gracias también a las películas, era el superhéroe por excelencia para la gran mayoría de los niños”. 

Un relato costumbrista y humorístico

Asomarse a las páginas de las primeras historietas largas de Superlópez, las que publica Bruguera desde finales de los 70 hasta finales de los 80, permite, efectivamente, además de descubrir supervillanos o alienígenas, asomarse a una oficina de la época, a los edificios de barrio de Barcelona o al destartalado piso de un soltero. "Las referencias a la sociedad española de aquel momento resultaban divertidas y muy cercanas: los errores matutinos de Juan López pidiendo el desayuno -siempre un café con leche y un cruasán- en el metro o en el autobús, los atascos…”, cuenta Juan Manuel Puente, de 48 años y aficionado desde siempre a las aventuras del personaje.

Si en algo coinciden estos tres ‘superfans’ es que el momento de esplendor del personaje coincide con la publicación de sus 15 primeros álbumes, más o menos. En esa fase se encuentran sus historietas favoritas. Jorge Ramírez recuerda con especial cariño ‘La caja de Pandora’ “porque Jan es capaz de introducir en la historia distintas mitologías, desde la griega a la azteca, lo que hace que la lectura sea muy interesante y más para un niños”. Pero a la hora de elegir su favorita cita ‘La gran superproducción’, con su sátira del mundo del cine y situaciones como “los cambios de guion, los problemas de presupuesto, el ego del director…”. 

David Bastero también señala ‘La gran superproducción’ como su favorita, mientras que Juan Manuel Puente elige ‘El señor de los chupetes’, parodia de ‘El señor de los anillos’ que leyó “mucho antes que la obra de Tolkien”.

Un superhéroe ecologista, antimilitarista...

Pero si Jan era un maestro de la parodia, también lo era de la crítica. “En eso siempre ha sido un autor muy explícito, lo que hacía que, aunque fueras un niño, entendieras el mensaje. Por ejemplo, en ‘En El País De Los Juegos, El Tuerto Es El Rey…’ crea el país ficticio de Tontecarlo para hablar de la ludopatía. En ‘Los cabecicubos’ claramente está hablando de los regímenes totalitarios, hay álbumes que abordan el ecologismo, el pacifismo… y Jan siempre introduce mensajes de salud pública en sus historias, incitando a los lectores jóvenes a decir no al tabaco o a las drogas”, cuenta Jorge Ramírez.

Una evidencia de que la sombra de Superlópez es alargada (¡y más con capa!) es el poso que la manera de hablar de sus personajes han dejado en sus lectores. “Personalmente, creo que la primera vez que vi la expresión ‘mecachis’ fue en un cómic de Superlópez ¡y no he dejado de utilizarla desde entonces!”, señala Jorge Ramírez. “Acabas adoptando como propias palabras que aparecían en los cómics como la calificación de ‘medianía’ que Luisa Lanas, compañera de trabajo de Juan López dedica a Superlópez, su alter ego y qu e podría aplicarse a tantas personas que conocemos”, comenta Juan Manuel Puente. Ese puede ser el auténtico superpoder de Superlópez: el de haber traspasado el mundo de las viñetas para incorporarse al día a día de sus seguidores. Aunque ya haya pasado la barrera de los 50, sigue volando alto.