Así sobrevive uno de los últimos videoclubs: "Tiene algo romántico: muchos vienen por nostalgia”

El 85, uno de los últimos que permanecen abiertos, está en Gijón y cuenta con una sala privada de proyección
Nos habíamos odiado tanto: nuestros villanos favoritos de los 80
MadridA mediados de los años 2000, en España había alrededor de 7.000 videoclubs. A finales de los 90 había llegado el DVD como formato perfecto para disfrutar de las películas con mayor calidad, arrinconando las irregularidades del VHS. Todo presagiaba una edad dorada del videoclub y fue en ese momento cuando José Gordo decidió sumarse a la aventura.
“Era cliente habitual del Videoclub 85 en Gijón (Asturias) y en el 2001 su dueño comentó que se jubilaba, así que pensé en quedarme con los dos locales que tenía en ese momento”, cuenta Gordo. “Llegamos a un acuerdo y me convertí en el nuevo dueño de una marca muy asentada en Gijón: lo de 85 del nombre venía por el año en el que abrió el negocio”.
Pero lo que se le venía por delante a Gordo era una existencia mucho más ajetreada que la que había vivido el videoclub hasta ese entonces. “Hemos pasado por todo: primero hubo que gestionar el cambio de VHS a DVD y, posteriormente el Blu-Ray… también hemos lidiado con la piratería primero y con la aparición de las plataformas de ‘streaming’ después. En Asturias apenas quedamos dos o tres videoclubs abiertos”.
El Videoclub 85 pasó por una serie avatares que lo llevaron a distintos cambios de locales hasta que en 2018 llegó a su ubicación actual, en el barrio del Llano de la ciudad gijonesa. 200 metros de local que alberga en su interior unos 35.000 títulos, 27.000 en DVD y unos 8.000 en Blu-Ray. Miles de títulos disponibles pero, ¿para quién? ¿Quiénes son los clientes del videoclub en el año 2025?

El cliente, a la búsqueda de cine clásico
“La media de edad de la clientela que tenemos es alta, a partir de 50 años, aunque también viene gente joven de vez en cuando a la que le gusta mucho el cine y le atrae encontrar películas en formato físico”, cuenta Gordo. Aunque tiene todas las novedades, lo que más se alquila es cine clásico: “El Padrino’, ‘Casablanca’, las películas de los Hermanos Marx… También hay mucho público mayor que quiere volver a ver películas de su juventud como ‘Ben-Hur’ y claro, de repente ven el nivel de calidad que da un Blu-Ray y alucinan”. Entre los mayores ‘hits’ del Videoclub 85 está ‘Los Goonies’, que no deja de alquilarse
La calidad en 4K es una de las bazas que esgrimen las copias que ofrece Gordo frente a las plataformas de ‘streaming’. Otra es la amplitud del catálogo: “Muchos clientes quieren ver una saga entera y en las plataformas siempre falta una de las de Harry Potter o de las de Crepúsculo… aquí las tenemos todas”.
La relación que Gordo mantiene con sus clientes es casi más de amistad que de otra cosa. Los plazos de devolución, más allá de las novedades, suelen ser flexibles. “Hacemos ofertas de lotes por semana o por 10 días. Tengo clientes que vienen de las afueras y a veces les digo que bueno, que no se preocupen, que me las traigan cuando puedan”.
Un pequeño cine dentro del videoclub
El videoclub de Gordo esconde, además, una pequeña sorpresa: una sala de proyección en la que los clientes pueden ver con amigos, refrescos y palomitas, la película que deseen previa reserva. “Funciona muy bien como idea para celebraciones de amigos, cumpleaños…. A veces también hacemos una pequeña programación de títulos que proyectamos ahí”.
La conversación con Gordo se ve interrumpida ocasionalmente por la recepción de paquetes. El Videoclub 85 no es solo videoclub: la escasa rentabilidad hace que funcione también como kiosco en el que se despachan chuches o como punto de recepción y de envío de distintas empresas de paquetería. “Un videoclub puro y duro no sería rentable hoy en día”, cuenta Gordo.
El título de una película clásica de Gary Cooper, ‘Solo ante el peligro’, resume a la perfección el sentir de Gordo, que ve su videoclub como uno de los últimos exponentes de una especie que lleva ya casi una década en proceso de extinción. “Creo que los pocos que sigamos de aquí en adelante vamos a convertirnos en lugares que la gente visitará por romanticismo. En Estados Unidos pasa lo mismo: solo queda un Blockbuster abierto en todo el país y la gente peregrina para visitarlo, para experimentar en primera persona lo que es un videoclub. En el nuestro ya está pasando eso: hay muchos jóvenes con canales en YouTube o cuentas en Tik Tok que nos visitan para grabarlo”.
Y pese a todo queda cierta esperanza. “Se acaba de anunciar que la tercera parte de Gremlins se estrena en 2027 y ya hay padres que vienen con sus hijos para alquilar las dos primeras. Creo que también lo hacen para que los chavales reproduzcan la misma experiencia que ellos vivían en los 80 y en los 90, curioseando entre estanterías y llevándose el DVD a casa". El videoclub y el cine, en definitiva, como pegamento entre generaciones.

