Por qué la bola blanca del billar siempre vuelve a salir y las demás no
El billar es un deporte de precisión y hacerlo bien requiere entrenamiento
La finalidad es hacer que las bolas se cuelen en las troneras golpeando la bola blanca para lograrlo
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MadridEl billar es un arte, por lo menos quienes saben lo que hacen una vez que cogen el taco en sus manos. De hecho, existen competiciones y exhibiciones en las que los profesionales demuestran que este deporte es mucho más que ganar al oponente o conseguir que todas las bolas se cuelen en las troneras. Conseguir que cada bola siga el recorrido que deseamos requiere mucho entrenamiento y, sobre todo, una gran precisión.
Por supuesto está también el hecho de que es un deporte muy divertido, una forma estupenda de conseguir tener una competición sana con el contrario, si se da con alguien que sabe jugar, ganar y perder. Si todos los oponentes se enfrentan al juego con ganas y talante, puede ser una gran manera de decidir quién tiene que pagar la siguiente ronda o a quién le toca pagar prenda.
Además, esconde ciertos misterios, como el motivo por el que la bola blanca siempre vuelve a salir mientras que las demás se quedan dentro, hasta que es la última jugada y la bola ya no sale más.
El motivo por el que la bola blanca del billar siempre vuelve a salir y las demás no
El objetivo parece claro, hay que golpear la bola blanca con el taco para conseguir que el resto de bolas se cuelen en las troneras. Si por error es la bola blanca la que cae en una de ellas, la mesa la saca de nuevo por el mismo lugar que ha sacado todas las bolas antes de poder comenzar el juego, para que este siga. Sin la bola blanca no se puede jugar, pues es el intermediario, por lo que poder recuperarla parece indispensable a mitad de juego. Si la blanca es la última bola que queda sobre la mesa y se cuela, ya no es devuelta, porque se entiende que el juego ha finalizado.
Este recorrido que sigue la bola blanca es capaz de hacerlo por varios motivos, antiguamente, en las mesas operadas por monedas, esto se debía a que esta bola tenía un tamaño ligeramente diferente, un poco más grande, además de ser un poco más densa que las demás, esto hacía que tuviera que tomar un camino distinto a las demás, obligándole a seguir el que la devolvía de nuevo al juego. Este sistema ya no es el que se emplea en las mesas más moderas o las de competición.
Actualmente, ya no es una cuestión de tamaño, las bolas blancas llevan en su interior o bajo esa pintura blanca algún material metálico que hace que reaccionen ante un imán. De este modo, al caer en la tronera cualquier bola, seguirá el camino habitual por las redes que esconde en su interior, mientras que la bola blanca será guiada por la potencia del imán hacia un camino alternativo que la devuelve al juego.
Una vez que están todas las bolas dentro, tapan la salida haciendo imposible que la blanca siga su recorrido habitual. Si una de las bolas, lisas o rayadas, se perdiera, la bola blanca seguiría saliendo, incluso si nos hemos resignado a jugar con una bola menos.
