Tras observar a los Chimanes de Bolivia, los Hadza de Tanzania y los San de Namibia, se ha concluido que probablemente el hábito del sueño de nuestros antepasados no difiere mucho del nuestro. Estas tribus duermen en torno a 6 y 7 horas, según recoge RT.
Uno de los investigadores, Jerome Siegel, apunta que esto puede tener una incidencia directa en la idea de que necesitamos somníferos a causa de que el ciclo del sueño actual se ha visto reducido por la televisión o Internet, tal y como recoge el medio ruso.
El estudio realizado también tiene un impacto directo en la creencia de que la luz influye en las horas de descanso. Según parece es al contrario, ya que los miembros de estas tribus se acostaban en torno a 3 horas después de la puesta de sol. Asimismo, dormían más horas en invierno, por lo que sueño está vinculado a la temperatura atmosférica.