Un fabricante de ataúdes se hace 'millonario' después de que un meteorito se estrellara en el techo de su casa

  • El descubrimiento se produjo en Kolang, en el norte de Sumatra, Indonesia

  • El meteorito se encuentra en el Centro de Estudios de Meteoritos de Arizona

  • Josua Hutagalung solo vendió parte del meteorito, pero a un precio inferior

Hay cosas inexplicables que pasan en la vida. Algunas tan peculiares como la historia de Josua Hutagalung, un fabricante de autaúdes de Indonesia de 34 años al que la caída de un meteorito de más de dos kilos en el techo de su casa le ha cambiado la vida.

Hace unos meses, Josua, de Kolang, localidad al norte de la isla de Sumatra, estaba trabajando tranquilamente en el jardín de su domicilio cuando escuchó un fuerte golpe. Lo que parecía una desgracia en aquel momento, resultó ser más que una sorpresa.

El trabajador halló un meteorito de 2,2 kilos correspondiente a la variedad condrita carbonácea, un meteorito extremadamente raro que data de unos 4.500 millones de años y que se estima que cuenta con un valor de 723 euros por gramo de peso.

Teniendo en cuenta el peso, el fabricante de ataúdes podría haber percibido hasta 1,5 millones de euros por la totalidad del meteorito. Sin embargo, según desveló a The Sun, vendió el 17 de agosto el meteorito a un experto de Estados Unidos, Jarred Collins, quien posteriormente lo vendió a otro coleccionista norteamericano que lo llevó al Centro de Estudios de Meteoritos de la Universidad Estatal de Arizona.

Hutagalung llegó a vender el meteorito por 200 millones de rupias indonesias, que al cambio son sólo 11.800 euros. Si bien originalmente señaló que se había sentido engañado y decepcionado, después corrigió su declaración, según recoge BBC.

El experto estadounidense al que vendió el meteorito, intermediario, se pudo lucrar comprando el meteorito por una cantidad extremadamente baja para después revenderlo. Lo bueno es que parece que Hutagalung se ha quedado con 400 gramos del meteorito y los ha distribuido entre sus familiares y amigos, con lo que quizá pueda vender esas cantidades al precio justo.