El fenómeno japonés Hikikomori, por el que los jóvenes se aíslan del mundo, aterriza en Europa tras la pandemia

Los japoneses ya conocían desde los años noventa el fenómeno Hikikomori. Un síndrome por el que los jóvenes se encierra en sí y no tienen contacto con el mundo que les rodea durante meses. Se apartan de amigos, familia, piden la comida por teléfono y ven la vida, a la que temen, a través del ordenador, del que no despegan.

Bien, pues el fenómeno Hikikomori empieza a vislumbrase en Europa por culpa de la pandemia del coronavirus. El confinamiento y el propio aislamiento para no contagiarnos, hemos reducido el contacto físico e, incluso, las relaciones sociales. Nada habitual en nuestra cultura. El Viejo Continente está empezando a acostumbrarse al uso de mascarillas y el distanciamiento social, más propio de otras culturales orientales, como la nipona. Y es que ahora nos hemos acostumbrado a separarnos de los demás y alejarnos más de un metro y medio de manera, casi, inconsciente. Algo impensable hace algo más de dos años, es decir, antes de la pandemia.

El aislamiento social es uno de los grandes problemas en Japón

Y es que lo que nos parecía exótico en los japoneses, como u forma de saludar sin contacto, ahora ya se ha convertido en algo más habitual. Guardar las distancias orientales ha dejado de ser algo lejano. Hemos aprendido a hacer cola a la japonesa y cualquiera de nuestras calles parecen una de Tokio hace años, donde ya la mascarilla era accesorio imprescindible y estornudar, una falta de educación.

Quitarse los zapatos al llegar a casa o extremar la higiene son tradiciones milenarias allí que hemos importado aquí en tiempos de pandemia. Unos cambios buenos, en lo que a higiene se refiere, pero quizás no tanto, para entablar relaciones sociales. Sobre todo, para los más pequeños. El aislamiento social es uno de los grandes problemas en sociedad japonesa y que poco a poco, y debido a la imposición marcada por el coronavirus, ha empezado a aterrizar en Europa. Veremos a ver si pasa a ser una costumbre y deja atrás las tradicionales formas de contacto que conocíamos hasta ahora y que distinguían a nuestra cultura o no. Veremos a ver si volveremos a ser los mismo o no.