Keith Davidson, el juez de 94 años que ha convertido en nietos a los hijos de sus vecinos, gracias a una piscina

  • Construye una piscina y abre su casa a todos los niños del vecindario para pasar el duelo por su esposa

  • El juez tiene tres hijos, pero ningún nieto y también hace de vigilante

  • "Ya no estoy sentado solo mirando las paredes", admite y de vez en cuando se da un chapuzón

Keith Davidson, un juez de la corte de distrito jubilado de 94 años, perdió a Evy, su querida esposa durante 66 años en abril de 2016. La sensación de dolor y pérdida fue abrumadora. "No puedes imaginar cómo es. Lloras mucho. Así es porque ella no está aquí", confiesa a "Boyd Huppert's Land of 10,000 Stories", en una historia que apareció por primera vez en 2017.

Después de vivir en una casa que parecía demasiado tranquila durante más de un año, decidió abrir su casa a los niños del vecindario construyendo una piscina. Davidson vive en la pequeña ciudad de Morris, Minnesota, donde no hay lugar para que la comunidad pueda nadar. Davidson ha llevado una vida activa, toca el bajo y la tuba en organizaciones musicales de la zona y fue operador de radio del Ejército en la Segunda Guerra Mundial.

Logró tener su piscina en julio de 2017. Las familias del vecindario acudieron en masa al patio trasero de Davidson. "Sabía que vendrían", dijo Davison, riendo. "Ahora vamos a estar aquí todos los días", dijo Jaime Mundal, una mamá del barrio.

El juez tiene tres hijos, pero ningún nieto. Así que la joven empresa es más que bienvenida. Las reglas de la piscina requieren que un padre o abuelo esté presente cuando los niños nadan. "En cierto modo adoptó a todo nuestro vecindario de niños, estos son sus nietos", le dijo Huebner a Davidson. "Es él difundiendo alegría en todo nuestro vecindario por estos niños", dijo Huebner a "10,000 Stories". Ahora, en lugar de quedarse atrapado en la casa en las tardes soleadas, Davidson observa a los niños chapotear en su jardín, golpear pelotas de voleibol y chupar ponche de frutas. Lo asimila todo desde su silla de jardín.

"No estoy sentado solo mirando las paredes", confiesa. Y de vez en cuando él mismo se da un chapuzón. Los expertos en duelo dicen que una de las mejores formas para que las viudas y los viudos superen el tremendo sentimiento de pérdida es volver a disfrutar de la vida socializando y pasando tiempo con personas que comparten los mismos pasatiempos. Pasar el rato con niños todo el día también es una excelente manera para que un nonagenario se mantenga joven.