Los jugadores estudian la pelusa de cada bola antes del servicio para elegir la que mejor se adapte a su estrategia
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Ni está buscando la pelota que le dé suerte, ni está ganando tiempo para recuperar el resuello. Cuando ves a Carlos Alcaraz estudiar detenidamente durante unos segundos las bolas que tiene en la mano antes de de decantarse por una para sacar, lo que está haciendo es una elección que puede marcar la diferencia entre ganar y perder, o al menos entre un ace y una doble falta.

La importancia de la pelusa
Justo antes de acometer el servicio, el tenista revisa la pelusa en cada bola. ¿Por qué es tan importante esto? Porque la cantidad de pelusa afecta a cómo la pelota se mueve por el aire y cómo bota. Cuando es nueva tiene el pelo más liso y plano, lo que implica menor resistencia al aire y un vuelo más rápido. Con el uso, la bola tiene más pelusa, lo que significa más resistencia, es decir, la ralentiza y le permite girar.
Así que la elección de la bola va a depender de la estrategia del jugador. Por ejemplo, si busca un saque más rápido y potente pueden preferir una pelota con menos pelusa, mientras que si busca más control -generalmente en un segundo servicio- pueden optar por una pelota ligeramente más esponjosa.
La elección es aún más decisiva en una superficie como la hierba de Wimbledon, el Grand Slam que se está disputando estos días de julio en el londinense All England Lawn Tennis. Sobre el césped las pelotas botan más bajo y se deslizan más, así que cualquier diferencia en la bola afecta más al saque y al ritmo del juego. Una en mejor estado (menos peluda) es clave para sacar con más velocidad y precisión.
Los pequeños detalles cuentan
Conviene apuntar que tanto en Wimbledon como en otros torneos las pelotas se cambian después de los primeros siete juegos y después cada nueve juegos. Así que justo después de un cambio, las bolas están nuevas y más rápidas.
Además del aspecto técnico, es cierto que revisar las pelotas se ha convertido en parte del ritual de concentración que muchos jugadores despliegan para mantener el enfoque y prepararse mentalmente para el saque, tales como botar la bola un número específico de veces, ajustar la cuerda de la raqueta o quitarse el sudor de la frente con la muñequera. Pero el motivo real, como ya hemos visto, es que en el tenis cada mínimo detalle, incluso la pelusa, cuenta.


