Según el informe, Woods señaló a los agentes de seguridad que estaba tomando un medicamento muy fuerte y no sabía que le iba a hacer esa reacción con otros. El golfista tuvo su última operación el pasado mes de abril y tenía recetado ‘Vicodin’, que se trata de un medicamento bastante fuerte.
"La policía tuvo que despertar a Woods, que estaba en el asiento del conductor. El coche estaba en funcionamiento, las luces de freno estaban encendidas, y el intermitente de la derecha estaba parpadeando. Apenas podía mantener los ojos abiertos. Le dijo a la Policía que venía de un evento de golf en Los Ángeles. Sin embargo, cambió varias veces su historia sobre dónde venía y a dónde iba", dice el informe policial.
Los agentes confirmaron que el golfita estaba "extremadamente lento y confuso" y se le veía "débil, somnoliento y no podía caminar solo".
Tiger Woods explicó lo sucedido también y negó que el alcohol tuviera algo que ver en todo lo que sucedió: "Quiero que el público sepa que el alcohol no estuvo involucrado. Lo que ocurrió fue una reacción inesperada a los medicamentos recetados. No me di cuenta de que la mezcla de medicamentos me había afectado tan fuertemente".