Consumo

Opciones para comprar ropa buena y barata sin caer en el ‘fast fashion’: tiendas, apps y truco de temporada

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Wallapop dónde comprar de segunda mano. Telecinco.es
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Renunciar al fast fashion no significa resignarse a pagar más para vestir bien, sino aprender a comprar mejor. En un mercado saturado de prendas efímeras, con ciclos de consumo cada vez más acelerados, se cuenta por millones los consumidores que buscan alternativas que equilibren precio, calidad y conciencia ambiental. 

Frente al brilli brillo de los escaparates que promueven lo desechable, emerge un ecosistema rebosante de opciones que permiten vestirse con criterio y sin arruinarse. Se puede recurrir desde plataformas de segunda mano consolidadas hasta alquileres circulares, pasando por tiendas solidarias y aplicaciones de gestión de armario. Te contamos cuáles son las vías más eficaces para vestir bien, pagar menos y no contribuir a un modelo que agota recursos y dignidades.

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Las apps más consolidadas para la ropa de segunda mano

Aplicaciones como Vinted y Wallapop lideran el mercado español de compras de ropa usada, democratizando el acceso a prendas asequibles y sostenibles. Vinted cuenta ya con 100 millones de usuarios distribuido en 22 países, y consiguió 596 millones de euros en ingresos el año pasado, al tiempo que experimentaba un crecimiento del 61 %. Por su parte, Wallapop suele ser señalada como la plataforma clave para la compra local de ropa usada, facilitando intercambios rápidos y accesibles.

Ambas aplicaciones permiten localizar prendas por marca, talla, estado y zona geográfica, con precios más bajos que el mercado habitual . Vinted además no cobra comisión al vendedor y cobra una tarifa de servicio al comprador de entre 3 % y 8 %. Este modelo mantiene los costes bajos y favorece el acceso inclusivo a la moda de segunda mano.

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Tiendas físicas y con impacto social

Las tiendas físicas vinculadas a ONGs como Oxfam Intermón combinan valores solidarios con precios reducidos. Oxfam cuenta con más de 30 tiendas en España dedicadas a vender ropa donada cuyo beneficio apoya proyectos de cooperación y empleo digno. Este canal ofrece prendas verificadas, con trazabilidad y respaldo social, y al mismo tiempo reduce residuos textiles.

Además, en las calles de las principales ciudades ya proliferan multitud de tiendas de ropa de segunda mano en la que se puede encontrar un poco de todo. Dependiendo de lo que busquemos debemos buscar en unos establecimientos u otros, pero lo cierto es que existen opciones para todos los estilos. Lo mejor en estos casos es buscar a través de Google, y comprobar las reseñas de cada comercio para saber qué podemos esperar.

Vinted

Alquiler de ropa

El modelo del fashion sharing ha ganado relevancia reciente. La empresa española Ecodicta ofrece alquiler mensual de hasta 5 prendas por 50 €, incluidas opciones de segunda mano, donadas o nuevas. El sistema permite retornar las piezas tras el mes de uso, que son limpiadas, reacondicionadas o upcycled, contribuyendo a una práctica circular y responsable.

Datos de la Fundación Ellen MacArthur señalan que nunca se utiliza el 20 % de la ropa poseída, por lo que esta termina estancada en los cajones y armarios, y volviéndose más y más obsoleta cada día. Frente a este excedente inactivo, alquilar se presenta como una solución adaptativa, especialmente útil para eventos, viajes o cambios temporales de estilo.

El truco para llevar ropa de temporada barata

Un consejo de éxito probado es comprar prendas de temporada justo al final del ciclo comercial, cuando empiezan a aparecer los grandes descuentos que bajan los precios a menos del 50 % de su valor original. También conviene revisar apps de segunda mano en paralelo durante ese periodo, ya que muchos usuarios revenden ropa casi nueva tras pocas puestas, con rebajas adicionales respecto al precio rebajado de la tienda. Incluso hay casos en que venden ropa sin usar a un precio ligeramente superior al de la rebaja, pero inferior a su precio normal… Y sin tener que aguantar los agobios de acudir a la tienda cuando bajan los precios.

En definitiva, podemos decir que para comprar ropa buena y barata sin caer en el fast fashion, la mejor alternativa sería conocer las alternativas disponibles y mezclarlas de forma consciente. Es decir, todo comenzaría por sacar el máximo partido a apps consolidadas como Vinted o Wallapop por su amplitud y precio, acudir a tiendas físicas de segunda mano con impacto social como Oxfam por su transparencia y propósito, valorar el alquiler tradicional para prendas puntuales y esperar a final de temporada para hacer el desembolso. 

Al final, la moda responsable no es solo cuestión de precio sino de coherencia: elegir con conciencia, reutilizar, compartir y decelerar el ritmo de consumo que nos domina tan habitualmente.