La salida de Messi de la Liga española deja un enorme agujero en la que hasta hace tan solo unos pocos años se consideraba la mejor Liga de fútbol del mundo. Eran otros tiempos, pero el fútbol ha cambiado y las circunstancias económicas de nuestros clubes ni son las que eran, ni se acercan siquiera a la de otros equipos extranjeros.
Vivieron una época dorada con fichajes a lo grande. La liga española repleta de súper estrellas, pero los clubs de endeudaron y la salud financiera del fútbol español empezó a tambalearse de ahí que la liga decidiera imponer el llamado tope salarial.
El control en España es férreo, pero no en otros países de Europa, como ejemplos el Manchester City propiedad de un jeque árabe y el Paris Sant Germain, del emir de Qatar que siguen realizando fichajes estratosféricos.
A las deudas de los clubes hay que sumar los ingresos que les han restado en la pandemia los campos vacíos. Para intentar mejorar la salud financiera del fútbol español la liga ha firmado un polémico acuerdo. Un fondo de inversión inyectará en los clubes 2.700 millones de euros, pero Real Madrid y Barcelona ya han mostrado su oposición. No quieren ceder arte de sus ingresos al fondo durante 50 años.