Si tienes más de 50 y quieres ahorrar para la jubilación: 5 productos financieros más allá del plan de pensiones

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A medida que se aproxima la edad de jubilación, muchas personas se preguntan cómo reforzar sus ahorros sin limitarse al tradicional plan de pensiones. Aunque estos siguen siendo una opción válida, existen alternativas financieras que permiten diversificar, ganar liquidez y, en algunos casos, aprovechar mejor las ventajas fiscales.
Al fin y al cabo, son muchos los expertos que apuntan que ahorrar para la jubilación no puede limitarse a un único instrumento, especialmente si se empieza tarde. Con esto en mente, recopilamos cinco opciones para aquellos que superan los 50 y buscan soluciones más allá del plan tradicional.
5 productos financieros para la jubilación, que no son un plan de pensiones
PIAS: ahorro sistemático con renta vitalicia
Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático son seguros de vida-ahorro que permiten aportar de forma periódica hasta 8.000 euros anuales (con un máximo de 240.000 euros acumulados). La ventaja llega al convertir el capital en una renta vitalicia, siempre que hayan transcurrido al menos cinco años desde la primera aportación: en ese caso, los rendimientos quedan exentos de tributación.
Para los expertos, los PIAS son especialmente interesantes a partir de los 50 porque permiten construir una renta complementaria sin necesidad de rescate total del capital.
Planes de Previsión Asegurados (PPA): el plan de pensiones con garantía
Para quienes buscan estabilidad y rentabilidad garantizada, los PPA son una variante del plan de pensiones tradicional con la diferencia clave de que garantizan un tipo de interés mínimo. Tienen la misma fiscalidad (deducción en la base imponible del IRPF), pero mayor seguridad para perfiles conservadores.
Los PPA son seguros individuales que combinan ahorro para la jubilación con cobertura por fallecimiento y están regulados por la Ley de Supervisión de Seguros.
Fondos de inversión: flexibilidad y liquidez
A diferencia de los planes de pensiones, los fondos de inversión permiten retirar el capital en cualquier momento sin penalizaciones. Aunque no tienen ventajas fiscales inmediatas por aportación, los beneficios sí pueden diferirse mediante traspasos entre fondos.
Se recomienda esta opción para quienes quieren disfrutar de una mayor autonomía y la posibilidad de adaptar la estrategia de inversión según la proximidad a la jubilación.
Además, los nuevos ETF de ciclo de vida, como los lanzados recientemente por CaixaBank y Amundi, ajustan automáticamente su exposición al riesgo a medida que se acerca la edad objetivo, y ofrecen comisiones de solo el 0,18%.
Unit Linked: seguros con perfil inversor
Los Unit Linked combinan un seguro de vida con inversiones en fondos. El tomador asume el riesgo de mercado, pero también puede elegir el perfil de inversión y beneficiarse de ventajas fiscales similares a las del PIAS si se convierte en renta vitalicia.
Su principal atractivo es la personalización ya que permiten construir carteras a medida, con diferentes clases de activo, y se utilizan como herramienta de planificación patrimonial.
Inversión inmobiliaria para renta futura
Aunque no es un producto financiero al uso, adquirir una propiedad para alquilarla sigue siendo una de las fórmulas preferidas por los mayores de 50. Permite generar ingresos estables en la jubilación y conservar un activo revalorizable. La clave está en analizar bien la rentabilidad neta del alquiler y los costes de mantenimiento antes de tomar decisiones, ya que el valor fiscal y las plusvalías pueden afectar a la carga tributaria final.

