Una duda que se plantean muchas personas a la hora de invertir es por qué sube y baja la bolsa y cómo funcionan las acciones y su valor. No es una pregunta fácil de responder, ni existen fórmulas universales para comprender el comportamiento de los mercados (si así fuera, sería fácil predecir cuándo una acción subirá o bajará de valor, y el riesgo al invertir no existiría). La realidad es que entran muchísimos factores en juego, muchos de ellos incontrolables, impredecibles y desconocidos hasta el momento en que se producen. Por ejemplo, nadie esperaba que 2020 fuera a ser el año de la recesión más grave en ocho décadas, el doble de severa que la crisis financiera de 2009, y que ello fuera a determinar la marcha de las distintas bolsas a nivel mundial.
Existen varios conceptos que hay que tener claros previamente, como el de acción: las acciones son las partes iguales en las que se divide el capital social de una sociedad anónima, y son propiedad e una persona que recibe el nombre de accionista. Representan la propiedad que la persona tiene de la empresa, es decir, el porcentaje de la empresa que le pertenece al accionista.
Otro concepto clave es el de valor de una acción: en finanzas, un valor representa derechos parciales de propietario sobre cierta sociedad (acciones), o bien algún título de crédito u obligación. Los más habituales son, en el ámbito de la deuda, bonos, billetes y obligaciones. En el ámbito de los derivados financieros encontramos contrato forward, contrato de futuros, opción financiera, swap...
En cuanto a la bolsa, se trata de un mercado en el que compradores y vendedores se reúnen para intercambiar un bien, las acciones, por un precio acordado entre ellos. Su función es muy importante porque permite a las empresas conseguir dinero para desarrollar sus actividades.
Partiendo de esta base, tal y como aseguran desde Megabolsa, la bolsa se comporta tal y como lo hacen los valores que la integran, y los valores pueden fluctuar por miles de motivos distintos, muchos de ellos imprevisibles. Sin embargo, hay algunos factores que sí son conocidos y que pueden ayudarnos a acotar esta duda. Estos son algunos de ellos:
En épocas de incertidumbre, es habitual que muchas personas estén dispuestas a deshacerse de sus acciones porque el nivel de desconocimiento y de riesgo resulta muy elevado para ellas. Así, es frecuente que se produzcan movimientos bruscos en los mercados, y que algunas personas se liberen de sus acciones a cualquier precio, mientras otros las adquieren a un coste muy bajo, esperando ganar dinero con ello por considerar que se encuentran en su valor mínimo.