La escasez de semiconductores paraliza el sector del automóvil: se prevén pérdidas de 179 000 millones de euros

  • La falta concretamente de microchips puede alargarse incluso hasta el primer semestre de 2022

  • Hay estudios que estiman unas pérdidas ya de más de 179 000 millones de euros en el sector automovilístico

  • La entrega de vehículos nuevos se está retrasando en algunos casos hasta seis meses

Desde este fin de semana vuelven a parar varias factorías automovilísticas por la escasez de componentes para la fabricación de vehículos. Faltan semiconductores, plásticos y microchips. De hecho se cree que la falta concretamente de microchips puede alargarse incluso hasta el primer semestre de 2022. Este desabastecimiento ha obligado a las fabricas a frenar su producción.

Esta escasez de chips semiconductores en las fábricas de coches tiene su impacto directo en los concesionarios. La entrega de vehículos nuevos se está retrasando en algunos casos hasta seis meses. Hay estudios que estiman unas pérdidas ya de más de 179 000 millones de euros en el sector. Una crisis que tiene su origen en el sudeste asiático, donde se concentra la producción de este vital producto tecnológico.

Como el llamado efecto mariposa, que dice que su aleteo local puede desatar una tempestad en otra parte del mundo. Es lo que se puede entender que está ocurriendo con el sector del automóvil por la crisis de suministro de los llamados chips semiconductores.

Su producción se concentra casi al 100% en el sudeste asiático. Con la pandemia estas fábricas viraron sus ventas principales hacia la tecnología de hogar y oficinas y ahora, con el sector del automóvil a pleno rendimiento, ha creado un embudo incapaz de satisfacer todas sus demandas.

El resultado: cientos de miles de vehículos que no se pueden completar y por tanto vender en todo el mundo en medio de una guerra comercial entre China y EEUU.

En Europa han dejado de fabricarse este año medio millón de vehículos, con un 25 por ciento menos en ventas y concesionarios que se reinventan porque la entrega puede demorarse varios meses más, hasta seis en algunos casos.

Una crisis de microchips que también está afectando ya a los dispositivos móviles mientras se recompone a medio y largo plazo el puzzle de su producción.