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La utilidad de los sindicatos como contrapunto al sector empresarial se pone especialmente de manifiesto estos días, en plena crisis sanitaria y económica por el coronavirus. Las medidas adoptadas por el Gobierno en defensa de trabajadores, autónomos y empresarios tienen mucho que ver con lo negociado con ambas partes de la ecuación y, sean o no todo lo útiles que cada cual desearía, lo cierto es que sería mucho más sencillo que la balanza se inclinara del lado del empresariado si no existieran voces que aglutinaran la defensa de los derechos de los trabajadores. ¿Qué es un sindicato? ¿Cómo funcionan los sindicatos en España y de dónde salen?
El término ‘sindicato’ viene del griego y se relaciona con la idea de "hacer justicia". Consiste en una asociación integrada por trabajadores, en defensa y promoción de sus intereses laborales ante el empleador con el que están relacionados contractualmente. En definitiva, se trata de una organización de trabajadores que se desarrolla para defender los intereses económicos, profesionales y sociales vinculados a las tareas que llevan a cabo quienes la componen.
No todos funcionan de la misma manera: la forma más habitual suele ser la de sindicato central, donde se agrupa a los trabajadores de todos los sectores (como los principales sindicatos en España, UGT y Comisiones Obreras), aunque también existen sindicatos por rama de industria (por sectores o subsectores, como el metalúrgico, el financiero, el comercial...), por oficio (carpinteros, pintores, panaderos, docentes...), de empresa (agrupan a los trabajadores de una empresa o grupo de empresas) o incluso por tiendas o plantas.
En el caso de España, el movimiento obrero comenzó en Cataluña en las décadas de 1830 y 1840, pero no fue hasta el Sexenio Democrático cuando se produjo su institucionalización, en el marco del Congreso Obrero de Barcelona de 1870 de la Federación Regional Española de la Primera Internacional (FRE-AIT). Seguidamente, durante la Restauración se fundaron las dos grandes organizaciones sindicales españolas: la socialista Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888, y la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1910, con predominio de esta última hasta la Segunda República Española.
CNT y UGT protagonizarán la revolución social que se produjo en la zona republicana durante los primeros meses de la Guerra Civil Española. Posteriormente, durante la dictadura franquista, ambas fueron reprimidas hasta prácticamente desaparecer. Ya en la etapa final del franquismo surgió una nueva organización llamada Comisiones Obreras (CCOO) que, junto con la reconstituida UGT, se convirtieron en los dos sindicatos mayoritarios desde el inicio del nuevo periodo democrático y hasta la actualidad.
La Constitución Española (CE) reconoce expresamente la existencia de los sindicatos y los protege. En este texto, se definen como "la organización que defiende los intereses de los trabajadores” y, según la RAE, se trata de la “asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros".
En concreto, el artículo 28 CE asegura lo siguiente:
"Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La libertad sindical comprende el "Todos tienen derecho a sindicarse libremente.derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección
Se reconoce el derecho a la huelga
Además, en España contamos con la Ley de Libertad Sindical, así como con otros instrumentos legales internacionales que reconocen este derecho, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948; el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos adoptado el 16 de diciembre de 1966; o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptado el 16 de diciembre de 1966, entre otros.
En cuanto al funcionamiento de los principales sindicatos en España, en el caso de UGT, afiliarse comprende distintos servicios: acceso a Gabinetes Jurídicos Especializados (abogados laboralistas, etc.); asesoramiento sobre ccontratación, salarios, vacaciones, nóminas, jornadas, convenios colectivos, liquidaciones, finiquitos, jubilaciones, pensiones, Seguridad Social, despidos, etc.; asesoramiento ante Expedientes de Regulación, protección por desempleo, prevención de riesgos laborales; acceso formación contínua adaptada a los puestos de trabajo; acceso a formación sindical específica a los delegados de personal, miembros de comités y delegados de Salud Laboral...
Por su parte, CCOO destaca servicios como la negociación ante acuerdos sobre salario, categorías profesionales, jornada, pensiones, permisos... y cualquier área relacionada con los derechos del trabajador. El sindicato facilita asesoramiento especializado, tanto laboral como jurídico, para problemas laborales. También existen delegados de Seguridad y Salud (estrés, problemas del entorno de trabajo...) y se hace especial hincapié en la "aplicación de la la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres en los centros de trabajo”. Además, el sindicato asegura participar en organizaciones de carácter internacional de los sectores Financieros, de comercio, hostelería, turismo, juego y de otros servicios.
Pero, además de la defensa de los trabajadores a nivel particular o grupal (EREs, ERTES, etc.), los sindicatos son importantes actores en la política laboral del país, siendo fuente de consulta y herramienta de presión en ante cualquier cambio normativo que pueda afectar a los trabajadores.