Mawar ha barrido la isla de Guam con categoría 4. Es el tifón más grande que ha pasado por el país en décadas, con fuertes vientos y lluvias que han dejado durante la noche imágenes de inundaciones, árboles caídos, viviendas destrozadas y un apagón generalizado. Muchas infraestructuras han cedido a su paso. La tormenta no ha parado de intensificarse en las horas posteriores y se dirige ahora a Filipinas como un súper tifón.
El tifón Mawar está causando rachas de viento de 220 kilómetros por hora, que arrasan todo a su paso. Estados Unidos ha tenido que declarar el estado de emergencia en Guam, donde el balance es catastrófico. La mayor parte de la isla se quedó sin electricidad, y los cocoteros y mangos en la parte norte de la isla han quedado arrancados de cuajo con la ferocidad del huracán.
Las cantidades de agua rebasaron los 300 litros por metro cuadrado en puntos de Guam, incluso llegaron a acercarse a los 600 l/m2, algo extraordinario. Y la lluvia no llegó sola. Lo hizo con vientos tan fuertes que arrancaron los sensores de viento, por lo que el servicio meteorológico no ha podido registrar la intensidad de las rachas en algunos observatorios.
Entretanto, preocupan los submarinos nucleares de ataque, bombarderos de largo alcance y instalaciones de almacenamiento de municiones y combustible que se encuentran en Guam, que alberga una importante base que aloja a miles de militares estadounidenses y sus familias.
Aún no se sabe el balance exacto de los daños, puesto que lo peor de la tormenta se vivió por la noche, aunque las autoridades temen lo peor. Muchas viviendas están fabricadas de materiales livianos y podrían haberse producido deslizamientos de tierra significativos.
Está previsto que el super tifón siga siendo muy intenso, con vientos superiores a 200 km/hora, hasta el domingo, cuando empezará a debilitarse lentamente. Se prevé que se dirija a noreste de Filipinas sin tocar tierra, pasando entre ese país y Taiwán.