Primeras cencelladas: cómo se forma este fenómeno a partir de la niebla

  • Este fenómeno se suele generar cuando hay niebla y las temperaturas son muy frías, por debajo de los 0ºC

  • Si hay viento, la cencellada puede adquirir diferentes formas que se moldean en la dirección del aire

Las primeras cencelladas demuestran que el invierno ha llegado de manera oficial, aunque durante el día el sol nos diga lo contrario. Estas formaciones se suelen producir cuando hay temperaturas muy frías y niebla en el ambiente, dos ingredientes que nos llevan acompañando durante varios días en la Península. Los bajo ceros se han extendido y hasta 8 provincias están en riesgo por la persistencia de las brumas matinales, que dificultan la circulación, pero como contrapartida dejan preciosas imágenes de este fenómeno invernal. ¿Cómo se forma?

El anticiclón se ha impuesto en la recta final del año, dejándonos termómetros que han superado la barrera de los 20ºC de máxima en múltiples zonas del país. Sin embargo, las noches son cada vez más frías, y también de esto son responsables las altas presiones. Según explica el meteorólogo Rubén del Campo, "las situaciones anticiclónicas invernales con nieblas persistentes dan lugar a los días más fríos del año", poniendo como ejemplo algunas zonas de la depresión del Ebro, donde se han registrado mínimas por debajo de los 0ºC, incluso durante todo el día.

¿Cómo se forman las cencelladas?

Esta situación suele traer consigo las cencelladas, que se producen básicamente cuando la niebla se congela. Propio de la estación invernal, es usual que muchos confundan la escarcha con este fenómeno, pero hay claras diferencias entre ambos. Por ello, es fundamental tener en cuenta que las cencelladas se forman principalmente cuando las gotitas de humedad de la niebla o de las nubes subfundidas (en estado líquido a temperaturas inferiores a 0ºC) se congelan sobre cualquier superficie formando esa especie de agujas de hielo que tienen un aspecto parecido a la nieve. Por su parte, la escarcha se produce cuando la humedad ambiental se condensa, pero no es necesario que haya niebla para darse, a diferencia de la cencellada.

Como ya vemos en áreas de la sierra de Urbión, los termómetros gélidos, por debajo de los 0ºC, junto a la niebla, ya dejan postales de este fenómeno en zonas áridas. Cuando, como en el siguiente caso, el viento sopla lo suficiente y las condiciones son las necesarias para que haya cencellada, esta puede adquirir aspecto de agujas en formas de peine o banderas que crecen en la dirección del aire.

Por su parte, cuando el ambiente está más calmado, como ha sucedido en Bercedo (Castilla y León), vemos lo que se conoce como cencellada blanca, que está compuesta por plumas de hielo blancas que adquieren un aspecto más similar al de una nevada convencional.