Cómo influye el tiempo en el estado de la psoriasis
Para hablar de psoriasis, es necesario distinguir entre sus distintas formas clínicas: la que se manifiesta con lesiones en la piel y la que provoca una inflamación de las articulaciones (artritis psoriásica).
En el primer caso, como ocurre con muchas otras enfermedades de la piel, el tiempo influye tanto de manera positiva como negativa en la mejora o empeoramiento de las placas. Entre los pacientes no hay unanimidad: unos observan un empeoramiento con los cambios de estación, especialmente en primavera y hay para quienes lo peor es el otoño porque la llegada del frío reseca la piel y además es el momento en que empiezan a funcionar las calefacciones. En lo que todos coinciden es en que mejoran tomando el sol con moderación, siempre con protección para evitar quemaduras en las lesiones.
En el segundo, igual que en otros procesos inflamatorios de las articulaciones, el frío, la humedad, la lluvia, la nieve e incluso la presión atmosférica, pueden aumentar el dolor y la rigidez, es decir, aunque no haya empeorado la enfermedad se pueden agravar sus síntomas.
Algunos consejos para sobrellevar el cambio de estación
Para evitar que las lesiones se multipliquen en la piel, desde Acción Psoriasis proponen una serie de medidas a adoptar durante el otoño y el invierno, haciendo especial hincapié en mantener la hidratación. Hay que hidratarla tanto por dentro (con agua) como por fuera (con cremas), es bueno mantener la humedad del ambiente con humidificadores y evitar exponer la piel de manera directa a fuentes de calor (no pegarse a las estufas). También es importante utilizar geles libres de jabón para tener bajo control el PH y evitar aplicar perfumes directamente en la piel (existe la opción de usarlos sobre la ropa). Además, es importante protegerse del exceso de frío y si es posible utilizar prendas amplias y de fibras naturales. Vigilar el peso, evitar los malos hábitos y, finalmente, aprovechar cualquier rayo de sol con moderación.
En el caso de la artritis psoriásica se aconseja, además, realizar alguna actividad física de bajo impacto para mantener las articulaciones en movimiento y evitar que se atrofien. También se recomienda hacer algunos cambios en la dieta e incluir alimentos con alto contenido en Omega3 y vitaminas C y E. Por último, insisten en que para evitar un empeoramiento de los síntomas, es importante mantener el estrés y la ansiedad bajo control.