La idea fue del emprendedor Lluís Díaz, quien no solo ha pensado en la salud de quienes se olvidan la crema en casa, sino también para turistas extranjeros, que, dada la falta de luz solar en su país, están poco o nada concienciados sobre los peligros de la exposición solar prolongada.
Con un precio de 1 euro, la ducha de crema solar está ya instalada y en pleno funcionamiento en la playa de Girona, que ofrece a la gente un total de 20 mililitros de protector de factor 25. Ahora, la idea es que el producto también se lleve a hoteles y cruceros, donde el precio será gratuito.
La verdad es que ya existen sistemas similares en destinos como Begur, Benidorm, Sevilla y Portugal, pero se quiere que llegue a localidades turísticas de la zona como Sitges o la Escala, y a lugares incluso sin playa. Todo, con un único fin: proteger de los efectos nocivos en nuestra salud del Sol, como el envejecimiento prematuro de la piel, la aparición de rojeces y manchas, las quemaduras… y el cáncer de piel.