La primavera ha llegado con el fuelle que le faltó al invierno. Con la rebequita y las botas de agua un par de días en general fuimos sobrados especialmente en febrero. Ahora, con más horas de luz aunque con muchas nubes tapando el cielo, lo cierto es que no hace ni frío ni calor y el paraguas sería nuestro mejor aliado de no ser porque estamos encerrados en casa. Que levante la mano quien, en Carnavales, no comentó lo buenísimo que estaba haciendo. ¿Hemos pasado del otoño a la primavera sin pasar por el invierno o estamos pasando ahora -recodemos que hace días nevaba a 300 metros- del invierno al verano?
¿Qué está pasando, pues, desde el punto de vista meteorológico en nuestro país? Y la pregunta del millón: ¿Estos cambios tan 'locos' tienen que ver con el calentamiento global? Rosalía Fernández, directora de Meteoralia, nos contesta:
"No es que la primavera y el otoño vayan a desparecer. Cada año, los cambios de estaciones son más bruscos y por eso somos más conscientes de ellos. Es cierto que antes eran más progresivos, pero no es nada determinante: nuestra meteorología es así. En años anteriores, el invierno ha entrado de golpe o el fin del verano ha sido muy frío.Todo esto puede ser un anticipo del clima que tendremos en el futuro, pero no debemos achacarlo al cambio climático".
El único dato sobre la variación estacional que nos otorgan los informes de las Ciencias Planetarias (en concreto, el de las universidades de Berkeley y Harvard) es que el día más frío y el más caluroso del año se están acercando, pero dicho acercamiento es sumamente lento: hoy se registran dos días antes que en la era preindustrial (antes de comenzara el efecto invernadero). Esto quiere decir que, si prosigue la aritmética, un día estarán tan cerca que se pasará del verano al invierno en un periodo muy corto de tiempo. Desde luego, estamos a muchísimos años de que esto ocurra, si es que llega a ocurrir.
Por tanto, las variaciones meteorológicas que experimentamos en España pueden tener más que ver con nuestra latitud, la influencia de las corrientes africanas y las del Atlántico y del Trópico, que con el cambio climático, aunque no dejan de ser un dato a tener en cuenta. Por si acaso.
Por ahora, nos espera una Semana Santa con más calor del habitual en buena parte de España y una primavera, según ha previsto la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que será en conjunto más cálida y seca de lo normal. Aunque para que se despeje el cielo de manera definitiva habrá que esperar: se avecinan lluvias lo que queda de semana y (y probablemente también la próxima).