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El año pasado el agua trajo quebraderos de cabeza. El invierno fue seco, la Semana Santa llenó jarras, y antes del verano volvíamos a hablar de sequía meteorológica. Este 2020 apuntaba en la misma dirección a juzgar por el calorazo de febrero que hizo florecer nuestros almendros con mucha antelación, pero desde mediados de marzo nuestros campos se recuperan y nuestros pantanos se llenan. Y aún va a seguir lloviendo.
Lo que tiene estar en cuarentena es que poco importa que caigan chuzos de punta o que haga un sol radiante, pero sí debería importarnos. Que la cosecha progrese son buenas noticias porque nos da de comer. Cuando las lluvias reaparecieron en marzo los agricultores vieron esperanza para los cereales, el olivar, los cítricos… Aunque es cierto que España se está viendo en apuros por otro motivo: no hay quien recoja los frutos.
La sequía no sumará problemas a la falta de temporeros. Menos mal. Nuestros embalses están al 64,46% de su capacidad, lo cual supone 979 hm(3) de agua más que la semana pasada y 3 mil hm(3) más de agua que el año pasado a estas alturas. Aunque es mejorable: la reserva de agua es todavía casi un 10% más baja que la media de los últimos 10 años.
Hay una clara descompensación. Mientras que las cuencas del Cantábrico y el resto del norte peninsular están a más del 80%, las de Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Murcia se quedan entre el 41 y el 57% de su capacidad. Las lluvias están llegando a todos los rincones, pero lógicamente no a todos en la misma medida. Desde luego hay mucho que celebrar teniendo en cuenta que en Ávila o Cáceres, entre otras, el verde que luce el campo esta primavera fue sustituido en 2019 por un secarral.
Por lo pronto, este fin de semana llegarán de nuevo borrascas por el Atlántico –esta vez además con aire más fresquito– que reactivarán las tormentas que nos dan una tregua desde el miércoles en general. Así que aprovecha para leer en el balcón ahora o nunca: desde el viernes por la tarde podrá haber chaparrones.
Se turnarán. Primero se darán en zona del oeste y, poco a poco, llegarán también al este peninsular. Donde están garantizados de manera intermitente todo el fin de semana es en el norte.
Después habrá tregua para algunas zonas y aguaceros para otras. Una depresión se colocará el lunes sobre Portugal, por lo que cabe esperar que llueva generosamente en zonas de Andalucía y en Extremadura, llegando a zonas del interior paulatinamente.
Y no será la única borrasca que llegue por el Atlántico. La siguiente no nos tocará tan de cerca. Será el miércoles cuando llegue a Europa, y lo hará después de viajar por todo el Atlántico, desde Estados Unidos, y mojar Groenlandia. Se situará sobre Reino Unido y uno de sus frentes entrará por Galicia, avanzando por toda la mitad norte de España dejando lluvias a su paso.
En las cimas de nuestras montañas del norte -en cotas altas-, además, el martes podrán caer algunos copos dado el descenso previsto de los termómetros, que por la noche nos dejará con menos de 8ºC en buena parte del país. Si vives cerca de la sierra, quizá tengas suerte y veas la cumbre blanca.
En el comienzo de mayo, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las precipitaciones serán probables en toda España, incluso en los archipiélagos. De hecho, para el conjunto de la próxima semana, cuando abril se despide ya, estima que la cantidad de agua que recibiremos será más de la habitual (promedio del periodo de referencia 1981-2010).