Mariló, en brazos de Pedro Sánchez, le dice al oído la precariedad de los brigadistas

Con las caras negras y los ojos inyectados en sangre. Los brigadistas se juegan la vida en los incendios que estos días asolan España y lo hacen con medios y salarios más que precarios. Por eso, ver a Mariló, casi abrazando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para contarle que no olvide y les proporcione medios, impacta.

Como lo ha hecho la historia de Mayte, esa cajera que pagó la compra a unos brigadistas derrotados que luego le regalaron un ramo de flores. Porque el humilde, paradojas de la vida, suele ser generoso. Y así, los brigadistas vuelven a reclamar atención. Como aquellos que viven en nuestros campos y quieren cuidarlos, limpiarlos y conservarlos. Por eso son muchos que agradecen hoy, que les dan buena comida a los brigadistas, pero son pocos los que mañana recordarán la realidad de los campos de España.

Los brigadistas piden unos salarios dignos, más formación, posibilidad de segundas actividades, el hecho de poder jubilarse antes y no estar enfrente del fuego con más de 60 años en primera línea.