Santos Cerdán utiliza en su defensa la idea de una persecución política: el Gobierno no considera que la haya, a diferencia de otros casos

Santos Cerdán se defiende con la idea de una persecución política: el Gobierno no considera que la haya, a diferencia de otros casos
El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán. Informativos Telecinco
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El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, que ingresó este pasado lunes en prisión provisional por la presunta trama de cobro de comisiones a cambio de obra pública, ha utilizado en su defensa la idea de la persecución por intereses políticos.

Es un argumento que desde el PSOE y desde el Gobierno han alegado en otros casos que afectan al entorno de Sánchez, como el de su esposa o el del Fiscal General, pero nunca en las investigaciones de la trama Koldo.

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El Ejecutivo no ve persecución política

La estrategia de defensa de Santos Cerdán fue apelar a una presunta persecución política: "Son las mismas mentiras de siempre, pero propagadas rápidamente incluso en sede judicial, sí, también en sede judicial", decía el exdirigente en un mitin.

Él ya hablaba así en noviembre del año pasado en el Congreso del PSOE. Los casos de la mujer y el hermano de Pedro Sánchez eran para los socialistas una persecución contra un presidente progresista: "Que yo he sufrido 'lawfare' en el pasado, sin duda alguna".

Utilizaban así el discurso victimista de los independentistas durante el 'procés'. De hecho, Santos Cerdán había firmado en noviembre del 23 el acuerdo de investidura con Junts en el que se hablaba de crear comisiones en el Congreso para investigar situaciones de politización de la justicia.

Desde el Ejecutivo nunca se ha utilizado la palabra prevaricación de los jueces, aunque desde la Mesa del Consejo de Ministros ha llegado muy cerca: "Hay algunos jueces que están haciendo cosas difíciles de entender", señaló Pilar Alegría. Lo que no ha hecho el Gobierno en ningún momento es criticar la instrucción judicial del 'caso Koldo'. Hoy, al contrario que Cerdán, el Ejecutivo no ve persecución política.