El video de baja calidad del rey emérito preocupa en Zarzuela a escasas hora de la publicación de sus memorias en España
El vídeo, de baja calidad, ha sido compartido por el círculo más cercano a don Juan Carlos
El emérito Juan Carlos difunde un vídeo pidiendo que apoyen al rey Felipe en su "duro trabajo de unir a los españoles"
El rey emérito Juan Carlos I sorprendía este lunes con la publicación de un vídeo en redes sociales que ha suscitado muchas dudas y comentarios. La grabación, de apenas minuto y medio, muestra al monarca sentado en una silla y dirigiéndose directamente a los españoles en un tono solemne como el usado tradicionalmente en los mensaje de Navidad. Sin embargo, la baja calidad del vídeo, junto a la coincidencia en las fechas de salida al mercado de la versión española de sus memorias ha levantado sospechas. Informa Miquel Mollà.
El contenido del mensaje también llamó la atención. Don Juan Carlos pidió explícitamente “que apoyéis a mi hijo, el Rey Felipe”, en vísperas de la publicación de sus memorias en España. La coincidencia temporal ha alimentado las interpretaciones sobre si se trataba de un gesto de respaldo institucional o, más bien, de una estrategia de promoción editorial.
Reacciones desde Zarzuela
La Casa Real reaccionó con rapidez para confirmar la autenticidad del vídeo, disipando las dudas sobre un posible montaje digital. No obstante, fuentes de Zarzuela expresaron su malestar, calificando la iniciativa como “inoportuna e innecesaria”. Se trata de una postura poco habitual, dado que la institución suele mantener silencio ante las actuaciones del emérito. Este gesto ha sido interpretado como una muestra de las tensiones persistentes entre padre e hijo.
El envío del vídeo a su círculo más cercano, para que luego fuera reenviado entre contactos, ha sido visto como un movimiento calculado. El periodista José Aperazena cree que se trata del último capítulo en una serie de desencuentros entre Don Juan Carlos y el actual monarca. “Tiene toda la pinta de una campaña de promoción”, apunta. También apunta a la posibilidad de querer influir en la narrativa pública en un momento clave: “es como si Don Juan Carlos fuera un autor que ha escrito una novela y quiere vender libros”.