"El miércoles a las 18.00 horas (16.00 GMT) me entregarán los resultados oficiales (de las elecciones del pasado día 10)", dijo hoy Peres en un acto público con escolares al anunciar que tras ese formalismo podrá comenzar a recibir a los dirigentes políticos.
Por delante tiene la misión de resolver uno de los enredos más espectaculares de la política israelí desde la década de los ochenta y elegir al primer ministro después de que las urnas dieran una ajustada victoria al partido centrista Kadima de Tzipi Livni.
Con 28 diputados, Livni tienes escasas posibilidades para armar una coalición ante la mayoría conservadora en el próximo parlamento.
Es el líder del derechista Likud, Benjamín Netanyahu, segundo clasificado con 27 escaños, quien disfruta por eso a priori de mejores alianzas, y lo previsible es que no le cueste llegar a un bloque con 65 de los 120 diputados de cámara.
Sin ser su preferencia, Netanyahu tiene perspectivas de formar un gobierno con formaciones ultra nacionalistas y ortodoxas, lo que le dejará expuesto a la extorsión política de esos partidos.
Peres descartó hoy la posibilidad de pedir a ambos dirigentes que forme un gobierno de unidad nacional, porque considera que es su deber responder al deseo del pueblo.
"El pueblo me ha pedido que considere los resultados de las elecciones de forma honesta y de acuerdo a la ley, y comunicaré mi decisión después de oír a todos los partidos", explicó.
Se espera que los contactos duren al menos unas 48 horas, y sólo después el presidente israelí convocará al candidato elegido para ofrecerle la posibilidad de formar gobierno.