La policía analiza el ADN obtenido de la ropa interior de la soldado que denuncia violación grupal
Los primeros recuerdos que la soldado tiene de aquella noche son fugaces: “Una de las cervezas me resultó demasiado amarga”. La supuesta violación ocurrió en un bar de Antequera donde el grupo celebraba La Patrona. “Cuando fui al baño en el pub ya tenía una actitud un poco rara”, recuerda la soldado. Después, todo se niebla en su cabeza hasta que se despertó en el cuartel. Su abogado explica que se despertó y tenía las medias puestas y manchadas de semen, aunque no tenía signos de violencia o agresión sexual. La policía ya analiza las prendas para sacar ADN, así como el saco de dormir con el que estaba tapada. Su superior le hizo al día siguiente el test de drogas y dio positivo en lo que podría ser algún sedante, aunque se encuentran a la espera de las pruebas de sangre y pelo. La soldado ha empezado a recordar con más claridad y explica que cuatro hombres distintos la acosaron en el pub. “No recuerdo quiénes eran, por eso creo que ya estaba drogada. Escuché cómo se citaban. Me sentí como un cacho de carne”. Y habla de un compañero en concreto: “Siempre ha intentado ligar conmigo y hablaba de drogarme para conseguir relaciones”. La mujer de 35 años ha denunciado también un intento de agresión sexual anterior que silenció por vergüenza. El soldado ya ha sido detenido y Defensa dice que se ha activado el protocolo de ayuda psicológica. Ella está de baja y su letrado explica que siente un gran trauma por haber sido agredida por compañeros, con el sentimiento grupal que tienen los soldados.